El Barça ya no es el que era. No es ese club que estaba un peldaño por encima de sus competidores y se ha convertido en uno más del rebaño de equipos con potencial económico. En cada momento de debilidad institucional o deportiva, se acude al mercado sin apenas meditar con qué objetivo se hace.
Estos últimos días hemos vivido de cerca un culebrón entre culés y el Valencia por Rodrigo Moreno. El hispanobrasileño tenía que llegar a Barcelona para ser el nuevo teórico delantero centro, sustituto de Luis Suárez, algo que no ha sido en ningún momento de su etapa futbolística. Se trata de un punta móvil, de asociación y con velocidad -como Griezmann- pero sin mucho gol. Cromo repetido.
Rodrigo Moreno en una imagen de archivo con el Valencia / EFE
Ahora suenan otros como Aubamenyang, Tadic, Loren y muchos otros. Todos ellos con características diferentes, sinónimo de los apuros que pasa la secretaría técnica en el proyecto dirigido ahora por Quique Setién. La culpa no es en absoluto del nuevo técnico -apenas 14 días en el cargo- sino de la mala planificación de la plantilla desde hace tiempo.
Falta de planificación
No solo se tiene que destacar el desorden en la carpeta de incorporaciones, sino que también en las salidas de la entidad. Carles Pérez ya está en Roma para salir traspasado sin opción de recompra y en las próximas horas seguirá su camino el delantero centro del filial Abel Ruiz, un nueve puro que no ha tenido ninguna oportunidad en el primer equipo.
Estos dos nombres, canteranos y habituales de las categorías inferiores, eran las únicas alternativas de la casa -junto a Ansu Fati y al recuperado Dembelé- a Luis Suárez. La decisión del club ha sido dejarlos salir rápidamente y con el objetivo de hacer caja, sin tener atado a un recambio. Todo apuntaba a Rodrigo, pero no se llegó a un acuerdo entre los clubes.
Carles Pérez celebra su primer gol con el Barça en su debut / EFE
La lógica hubiera sido la inversa a la que hemos visto: atar a un delantero centro y luego sacarte de encima a esos jugadores que no entran en tus planes. Ahora, a menos de 72 horas para que se cierre el mercado de fichajes, la secretaría técnica tiene que ir con prisa a por un ariete. El curso pasado fue parecido -tras la salida de Munir al Sevilla- y quien llegó fue Kevin-Prince Boateng. Una operación que fue un fracaso total y que tiene grandes similitudes con la actual.
La Masía sale tocada
De todas estas decisiones, la única conclusión clara es que la falta de planificación deja tocada a la Masía. Este verano, con las salidas de Malcom y Coutinho, parecía que de una vez por todas se abriría las puertas a los jóvenes del filial. Subieron Ansu Fati y Carles Pérez, pero en el compute global y con la perspectiva de esas últimas semanas, la cantera sale retratada.
El extremo de Granollers se va en un momento en que la delantera queda muy tocada pero no es el único que lo ha hecho. La semana pasada se oficializó la salida de Alejandro Marqués a la Juventus de Turín y en las próximas horas tiene muchos números de confirmarse la fuga de Abel Ruiz a Portugal.
Abel Ruiz celebrando un gol con el Barça B/ FCB
A parte de estos tres delanteros, en los que llevamos de invierno también han salido cedidos Carles Aleñá y Jean-Clair Todibo por falta de minutos y les puede seguir Moussa Wagué. De momento, Quique Setién tiene en sus manos a unos jugadores muy experimentados pero agotados física y mentalmente mientras que se van despidiendo las jóvenes promesas por falta de oportunidades.