Enésima muestra del racismo en Europa. Llevamos varias semanas donde surgen casos de discriminación racial en los estadios de fútbol de forma habitual. Este domingo, vivimos una nueva muestra de ello. En el minuto 55 del Hellas Verona-Brescia (2-1), Mario Balotelli no pudo más y explotó contra los ultras de los locales.
El delantero italiano cogió el balón y lo mandó directamente a la grada dirigiéndose al árbitro con un “yo no juego más”. El colegiado habló con los capitanes y con el jugador convenciéndole para que no se fuera del partido mientras el resto del estadio lo animaba a continuar. Terminó el partido y parece que será un triste episodio que volverá a caer en el olvido. Y ya van muchos.
Mario Balotelli encarándose con los ultras del Hellas Verona / EFE
Un día después del encuentro todavía se espera el comunicado de la UEFA denunciando estas acciones o explicando qué sanciones se tomarán para erradicarlas. Son constantes las muestras de racismo en el fútbol europeo y el máximo organismo todavía no da el paso e impone duros castigos.
Es más, el propietario del Hellas Verona, Maurizio Setti, explicó después del encuentro que “los tifosi veronosi tienen una manera simpática de hacer mofa de la gente, son irónicos, pero no son racistas…”. Unas palabras que no hacen más que normalizar el racismo. Hace unos meses los mismos ultras decían en una pancarta “el negro os lo regalamos y el estadio queda limpio”, refiriéndose al fichaje de Patrick Mboma, delantero camerunés que cayó de la lista de fichajes.
A la espera de sanciones
La Serie A ya acumula siete casos de racismo en 11 jornadas ligueras. La Federación Italiana de Fútbol está tomando medidas, aunque estas son insuficientes e incluso ridículas. La última consiste en implantar dispositivos avanzados de escucha para identificar a los autores de los cánticos.
Hinchas de la Lazio, club recientemente sancionado por la UEFA /EFE
A pesar de esas medidas tomadas juntamente con el ministerio de deportes italiano, todavía no se han visto sanciones -ni económicas ni con el cierre del estadio- a los clubes. Tampoco se ha castigado a ningún seguidor en concreto. Unas acciones muy pobres en cuanto a resultado.
La UEFA tampoco está ni se la espera. Aunque antes de cada partido de Champions League nos muestran su lema “No al racismo”, sus acciones dejan mucho que desear. Todavía no han denunciado esos cánticos y los últimos precedentes no hacen ser muy optimistas.
El último precedente y su ridícula sanción
La última vez que vimos actuar al organismo europeo por un caso de racismo fue en un Bulgaria-Inglaterra de clasificación de la Eurocopa 2020. Fue el 14 de octubre en Sofía y varios jugadores ingleses recibieron cánticos racistas por parte de ultras locales. El árbitro paró el partido hasta en dos ocasiones y estuvo a punto de suspenderlo.
Jugadores ingleses negándose jugar contra Bulgaria / EFE
Aunque la Federación Inglesa exigió una investigación al respecto, la UEFA sancionó a los búlgaros con dos partidos a puerta cerrada y 75.000 euros de multa, una cifra ridícula. Recientemente también hemos visto acciones racistas contra Paul Pogba o en un par de partidos en la Ligue 1 pero sin sanción ejemplar. Obviarlos es darles cancha y la UEFA todavía debe aparecer. Veremos qué acciones toman cuando se vean en Champions League.