Este lunes de madrugada salió la primicia que el Barça pagó 15 millones de euros al Atlético de Madrid para sellar el caso entre los dos clubes por Antoine Griezmann. Según informó El Mundo, ambos equipos firmaron un acuerdo confidencial de tanteo de cinco jugadores de los colchoneros, tres del filial y Saúl y Giménez.
El periódico que da la exclusiva añadió que este acuerdo se debe al miedo por parte de los catalanes que no salga a la luz los correos electrónicos que acreditaban que se negoció irregularmente con el delantero francés. El 17 llegó al Camp Nou tras pagar los 120 millones de cláusula, acuerdo que los madrileños apuntan que estuvo firmado desde el mes de marzo.
Josep Maria Bartomeu, con Griezmann y Abidal, desvela que el Barça pidió un crédito de 35 millones / EFE
El Tribunal Supremo calificó la infracción de leve y que quedó demostrado que los culés no firmaron el contrato con Griezmann durante un periodo prohibido por el Reglamento General de la Federación. Finalmente, todo terminó con una multa de un importe de 300 euros.
El Barça niega la información
Esta noticia del lunes causó un gran revuelo. El Barça salió al paso de las informaciones que esta operación no está vinculada a esas denuncias del Atlético por el fichaje de Antoine Griezmann. Según se reitera desde el club, no tiene nada que ver con la existencia de los correos electrónicos.
Fuentes del club confirman a Culemanía que "sí que es cierto que se ha llegado a un acuerdo por un derecho preferecial de estos jugadores pero no tiene nada que ver con el caso Griezmann, ni la paz social entre clubes... Como club desmentimos que tenga nada que ver con Griezmann".
Todo es por un interés real de los azulgranas por dos de las figuras del Atlético de Madrid: Saúl Ñíguez y José María Giménez. En caso de que los madrileños se quisieran desprender de esos jugadores los catalanes tendrían preferencia. Una operación verdaderamente extraña cerrada por 15 millones de euros.
Giménez y Saúl celebrando un gol con el Atlético de Madrid / EFE
Ambos tienen 24 años y son claves en los esquemas del Cholo Simeone. Parece prácticamente imposible que estas dos figuras abandonen en unos años el Wanda Metropolitano. También se debe estudiar qué encaje tendrían en el estilo Barça. No se duda de la calidad del español, pero el central uruguayo es un perfil antagónico al de los culés.