Joan Laporta vuelve a estar en el foco mediático y no precisamente por las futuras elecciones o la Asamblea de Compromisarios que se celebra este domingo. El expresidente azulgrana no ha dejado de ser un hombre muy cercano a las polémicas y pese a abandonar el foco mediático, su figura continúa rondando en el barcelonismo.
Su candidatura a las elecciones para la presidencia del Barça en 2021 podrían hacerse realidad, pero no por ello se aleja del personaje público en que se ha convertido. Y es que pese a mantener contacto con algunos jugadores azulgranas y ser uno de los principales detractores de la actual junta directiva, especialmente a través de las redes sociales, Laporta tampoco escasea en episodios comprometidos.
El último episodio lo protagonizó el pasado jueves en el popular café Europa de Barcelona. Según informó Mundo Deportivo, el expresidente se encontraba en el local junto a Pilar Rahola, popular tertuliana, y otra persona cuando pasó cerca suyo el abogado Pepe Oriola.
Desencuentro público
Una cara que no le gustó reconocer y por la que, según sostiene el mismo medio, empezó a propinarle insultos. Laporta increpó de forma agresiva a Oriola y según algunos testigos se acercó hacia el abogado con una botella en la mano. Un altercado que no llegó a más gracias a la intervención de uno de los camareros del local.
Los motivos
Un desencuentro público que viene de lejos. Y es que la mala relación del expresidente y el abogado se remonta años atrás. Concretamente, al 2010 cuando Laporta abandonó el palco del Camp Nou. Una mala relación que se ha alargado en el tiempo.
Imagen de archivo de Joan Laporta / EFE
Casi una década atrás, Laporta presentó a Oriola al intermediario Bayram Tutumlu, quien le había demandado para reclamarle el 10% del dinero que le habían reportado los negocios que hizo el exdirigente culé con el empresario uzbeko Miradil Djalalov. En los negocios que ambos llevarona a cabo, Tutumlu le reclamó a Laporta una comisión que nunca le abonó.
Por ello, ambos acudieron a juicio donde Laporta reconoció haber cobrado 10,15 millones de euros a través de su bufete por asesorar a la empresa del uzbeko. Un caso ajeno a Oriola si no hubira sido porque el catalán defendió los intereses de Tutumlu.