Luis Rubiales no tendrá la última palabra. La polémica sobre la Supercopa de España, que esta temporada se celebrará en enero con el nuevo formato de Final Four aprobado el pasado mes de abril por la Real Federación Española de Fútbol, se mantiene intacta.
El presidente de la RFEF es partidario de internacionalizar el torneo que protagonizarán FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid y Valencia, pero la ubicación del torneo levanta ampollas. Tras la aprobación del nuevo modelo de competición, Rubiales apuntó que uno de los destinos que se estudiaba para llevar el torneo era Oriente Medio, concretamente, Arabia Saudí. Una localización lejana, pero que no gusta por la situación que viven las mujeres en dicho país.
Rechazo absoluto
A excepción del Atlético de Madrid, quien ya se ha negado públicamente a jugar en tierras árabes, los otros tres participantes no se han postulado a favor ni en contra en este escenario tan incierto. Algo que contrasta con otros posicionamientos. Tanto el Gobierno en funciones como LaLiga y la UEFA ya han dado su veredicto.
La ministra de Educación en funciones y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, fue tajante al ser preguntada sobre las posibles sedes de la Supercopa: "Nosotros defendemos la igualdad de las mujeres y de los hombres y la igualdad de género, la llevamos en nuestro programa. Hay cuestiones todavía por resolver socialmente, mundialmente, globalmente, y ésa que usted apunta puede ser una", afirmó Celaá oponiéndose a la posibilidad de que Arabia Saudí sea la sede de la competición durante los próximos seis años, como se contemplaría en el contrato.
Rubiales y Tebas en un acto público / Twitter
Una postura que Javier Tebas, presidente de la Liga, y Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, han llevado al extremo. Tebas amenaza con ir a los tribunales en una más de sus disputas con Rubiales. Ceferin por su parte, recordó en la gala del Balón de Oro la importancia de poner fin al racismo y a las desigualdades de género y insistió a las diferentes federaciones que se negasen a jugar partidos donde las mujeres reciben un trato discriminatorio, incluidos los estadios de fútbol.
La última palabra
Y con ese discurso, parece difícil que Rubiales vaya a salirse con la suya. Este miércoles fue Amnistía Internacional quien mostró su disconformidad con la propuesta del presidente de la RFEF. Jugar en un país donde no se respetan los derechos de las mujeres no agrada. Una situación que Rubiales parece dispuesto a obviar --por 30 millones de euros-- pero que no depende exclusivamente de él.
El torneo no podría disputarse en Arabia Saudí sin la aprobación de la UEFA e incluso la FIFA, si fuera necesario, podría intervenir. Además de la aprobación final del organismo europeo, Rubiales también necesitaría que hubiera un consenso absoluto entre los cuatro clubs participantes.
Una foto de Josep Maria Bartomeu y Luis Rubiales / EFE
Es decir, un quórum total entre azulgranas, blancos, chés y rojiblancos tal y como estipulan los estamentos de la FIFA. Así lo refleja el punto 2 del artículo 11 del reglamento de la máxima insitución del fútbol mundial. Así pues, primero Rubiales deberá convencer a los clubs y entonces informar a la UEFA quien dará el último veredicto.
La fecha límite para presentar la propuesta, con el consenso previo de las cuatro entidades, es el 18 de diciembre, 21 días antes de la disputa del torneo. Ceferin se niega, pero Rubiales es vicepresidente y eso le facilita las negociaciones. El duro trabajo será convencer a cuatro clubs de los que uno ya ha mostrado su negativa públicamente y otro, el caso del Barça, donde los valores de la institución no permitirían jugar un encuentro en un país donde las mujeres son un cero a la izquierda.