El FC Barcelona ha sido considerado durante toda su historia un club mal vendedor. Una realidad que justifican los ingresos obtenidos por las distintas salidas y que ha generado una percepción que se mantiene intacta con el paso de los años.  

La sensación general es que se malvende a algunos jugadores que costaron millones. Asimismo, tampoco se logran grandes réditos con los canteranos que no tienen cabida en el primer equipo. La situación responde a distintas variables deportivas que no se pueden pasar por alto.

Jugar en el Barça es distinto a hacerlo en cualquier otro club e implica de una adaptación única. Una fórmula arriesgada por la que grandes jugadores, como por ejemplo Zlatan Ibrahimovic, Arda Turan, André Gomes, Paco Alcácer o el cedido Philippe Coutinho, vieron como su cotización en el mercado cayó en picado al no lograr triunfar en el Campo Nou. Todos acabaron saliendo por la puerta de atrás a un precio menor del que costaron.

La percepción se mantiene, pero los números reflejan un cambio de rumbo considerable en un área que ahora lidera Éric Abidal desde la secretaría técnica y que se resume en una frase: Bartomeu vende mejor que sus antecesores. Especialmente, desde la llegada del francés a la parcela deportiva, el club azulgrana cambió su política de fichajes y la estrategia de ventas.

Una dinámica que sonríe a los intereses azulgranas y que se refleja a la perfección en las cuentas de resultados. Bajo el mandato de Bartomeu, el Barça ha conseguido ingresos históricos que le han permitido convertirse en el club que más factura del mundo. El ejercicio pasado alcanzó los 990 millones de euros y entre esos beneficios se incluyen los traspasos. 

Récord

Bien es cierto que la salida de Neymar el verano de 2017, y el consecuente pago de su cláusula de rescisión de 222 millones de euros, elevó notablemente los ingresos, pero la dinámica, desde entonces se mantiene. El pasado ejercicio el Barça obtuvo solo en salidas o cesiones 222,65 millones de euros fijos con la posibilidad de 14,6 variables más.

Ventas de jugadores que no contaban para el staff técnico y que pese a no ser titulares o menguar su nivel de azulgranas, consiguieron revalorizarse. Es el caso de Yerry Mina, vendido al Everton. Llegó por casi 12 millones y se fue por 30. O Cillessen este verano. Llegó procedente del Ajax por 15 millones y se fue por 35. Incluso Claudio Bravo o Lucas Digne dejaron beneficios. El portero costó 12 millones y se fue dos años más tarde a cambio de 16 kilos, dejando cuatro de beneficio. 

Una foto de Jasper Cillessen durante un partido del Barça / Twitter

Una foto de Jasper Cillessen durante un partido del Barça / Twitter

El lateral, por su parte, aterrizó por 16,5 millones y se fue por 20,2 dos años después. Paulinho también mejoró la solvencia del club. Al año de pagar 40 'kilos', se fue al mismo Guangzhou Evergrande por 47,5 millones (cinco por seis meses de cesión y 42 por el traspaso). Este verano ha sido Malcom, por quien el club recuperó la inversión realizada de 40 millones. 

Un pasado en entredicho

Las cifras constatan la mejora en una parcela del club tan importante como los ingresos por traspasos y que ha liderado Abidal junto al malogrado Pep Segura. Desde que Bartomeu llegó a la presidencia, en 2015, la mejora ha sido constante, pero no siempre fue así. En 2017-18 la salida de Neymar permitió ingresar más de 200 millones ya que Mascherano y Tello apenas dejaron nueve millones de euros entre los dos. 

Y es, desde entonces, cuando el Barça se ha hecho fuerte en el mercado. Las cifras que se muestran de etapas anteriores dejan al club en muy mal lugar. En el cierre de 2016-17, el beneficio absoluto en ventas fue de 33 millones de euros. Claudio Bravo (18), Marc Bartra (8) Halilovic (5) y Adriano (2,5), pese al gasto con las llegadas de André Gomes, Umtiti o Paco Alcácer.

Una cifra que se mantuvo en similares parámetros durante la 2015-16, con 38 millones en ventas. Solo el primer ejercicio que cerró Bartomeu como presidente (2014-15) hubo un incremento hasta los 81 millones de euros tras las salidas de Alexis Sánchez y Cesc Fàbregas que aportaron casi el 90% del capital. 

Una asignatura a mejorar

El estigma se mantiene, pero los ingresos corroboran el camino que el club ha recorrido paulatinamente hacia el cambio. Tras la dimisión de Sandro Rosell en enero de 2015, la mejora ha sido irrefutable, especialmente en los últimos tres veranos. Algo que sus antecesores no pueden decir. Sandro Rosell, con quien compartió junta directiva durante los cuatro años que presidió al club, tampoco tiene grandes operaciones bajo su mandato. 

Sus méritos, como los de Laporta, responden a grandes fichajes, pero se olvidaron de la parcela salidas. En el cierre del ejercicio de 2013-14 apenas se ingresaron 28 millones por Thiago Alcántara al Bayern. Ni tan siquiera David Villa, que tanto dio al Barça, pudo salir como un grande. 2 millones por su salida y enfrente 88 de inversión por la llegada de Neymar. El ridículo llego 2012-13, cuando el Barça no llegó ni al millón de euros en beneficios por venta de futbolistas. Afellay dejó medio millón. 

Una foto de archivo de Rafinha y Thiago Alcántara en el Barça / EFE

Una foto de archivo de Rafinha y Thiago Alcántara en el Barça / EFE

El año anterior, Ibrahimovic, que no consiguió triunfar de azulgrana se fue por 28 millones tras costar una inversión de 48 'kilos' y el traspaso gratuito de Eto'o al Inter pese a tener un valor de mercado de 25 millones. Solo su primer año, en el ejercicio 2010-11, facturó más de 50 millones con las ventas de Yaya Touré y Chygrynskyi

Laporta: una época dorada, pero no en ventas

Bartomeu ha mejorado notablemente las ventas del Barça respecto a su antecesor y no ha sido el único. De hecho, es normal que así sea porque solo con la subida natural de los precios del mercado ya se explica que los siguientes ingresen más que los predecesores, igual que también gastan más los de ahora que los de antes.

Una foto de Ronaldinho y Leo Messi en el Barça / REDES

Una foto de Ronaldinho y Leo Messi en el Barça / Twitter

Eso sí, el peor ejercicio fue el 2008-09, cuando apenas 14 millones llegaron a las arcas azulgranas con las ventas de Motta, Giuly y Belleti. Una cifra que mantuvo el club casi intacta durante los siete años de mandato de Joan Laporta desde su llegada al palco en 2003. 

Desde entonces se ha mejorado notablemente, pero desde el club consideran que tiene un gran margen de mejora. Convertir al Barça en un club que sepa sacar el máximo rendimiento económico de sus jugadores a la hora de venderlos. Una cuestión que Bartomeu no esquivó en su última entrevista pública. El presidente reconoció el historial de la entidad, pero aseguró que trabajan para mantener el cambio iniciado: "Siempre habíamos sido criticados por esto y ahora hemos autoimpuesto de ser muy cuidadosos con la venta de jugadores, pero no el Barça, sino todos los clubs europeos. Por eso se está viendo que el Barça estos últimos años también conseguimos grandes cifras en las ventas".

En cifras globales

Con las cifras pasadas y los éxitos deportivos, Bartomeu está obligado a mejorar la estadística. 

Presidente Millones en ventas Años en la presidencia 
Josep Maria Bartomeu 595M€ Cinco (2015-actualidad)
Sandro Rosell 237M€ Cinco (2010-2014)
Joan Laporta 136,74M€ Siete (2003-2010)