El fichaje de Neymar por el FC Barcelona es posible que sea la operación más compleja en la historia de la entidad. Ya fue difícil la primera vez, y costó una querella criminal, varias imputaciones y una batalla judicial que terminó con el club condenado por delito fiscal.
Aquel desfile de togas ayudó a que Neymar jugase cuatro temporadas en el Barça pero, movido por el dinero y su ego personal, decidió dejar tirado al barcelonismo en 2017. El PSG pagó su cláusula de rescisión, cifrada en 222 millones de euros, y el carioca consumó su traición.
Dos años después, el Barça parece haber olvidado todo aquello, incluida la denuncia del delantero en reclamación de la prima de renovación de un contrato que no cumplió. Hasta el punto de que los despachos del Camp Nou sacan humo en busca de resolver “el fichaje imposible”.
¿Interés verdadero o teatro?
Esa definición la han ofrecido varios miembros del FC Barcelona en los últimos meses por activa y por pasiva, pero desde la sombra seguían contemplando una operación que a veces parece más teatro que otra cosa. A la espera de que Neymar llevase la situación al límite. Y lo ha hecho.
Ahora, los emisarios del club ya no se mueven en la sombra, sino que se desplazan en avión a París a plena luz del día para negociar directamente con el PSG la compra de su estrella. Y lo más sorprendente del caso es que sus interlocutores están dispuestos a escuchar, pese a las malas relaciones.
Distintos medios de comunicación nacionales e internacionales han filtrado los avances. Las ofertas y las respuestas, siempre negativas, de los parisinos. El club, de manera oficial, sigue sin pronunciarse, más allá de algún timorato “hay chance”.
Los intercambios de jugadores no cuajan
Como publicó Culemanía este martes, la entidad azulgrana descarta solicitar un nuevo crédito para fichar a Neymar –ya pidió 35 millones para pagar a Griezmann– y por lo general, sus altos cargos mantienen ese halo de pesimismo con respecto al fichaje. Al menos, la mayoría.
Sin embargo, hay directivos que todavía rebosan optimismo. Hasta el punto de que han conseguido la autorización del presidente Bartomeu para enviar una oferta por escrito al PSG.
Las primeras ofertas consistían en meros intercambios de jugadores y, en el mejor de los casos, la inclusión de algún incentivo económico que, según se comentó, llegó a ser de 80 millones. Los nombres de Rakitic y Coutinho desfilaron sin éxito por la mesa de negociaciones mientras el Barça ponía el cartel de intransferibles a los solicitados Semedo y Dembelé.
Primera oferta por escrito, rechazada
Ante la falta de acuerdo, una nueva reunión de urgencia hizo convenir la necesidad de meter dinero. Pero no podía ser al contado. El Barça planteó una cesión con opción de compra en un año por unos 160 millones, cantidad que no confirman desde el club. Fue rechazada.
Desde la entidad sí reconocen que se presentó la oferta, como reconocen que fue rechazada, pero niegan que se hayan presentado más ofertas. De momento, solamente una posteriormente al encuentro que Javier Bordas y Eric Abidal mantuvieron con Leonardo en París.
No sorprende que fuese rechazada. Todo el mundo sabe que el PSG no aceptará esas cantidades y que, además, quiere tener el dinero a su disposición cuanto antes. Sin embargo, todo ello parece obedecer a una estrategia de desgaste que juega con el factor tiempo: quedan 12 días de mercado. La ventana de verano se cierra el 2 de septiembre por caer en sábado el 31 de agosto.
El as en la manga de Bartomeu
En estos días el Barça tiene margen para convencer a los parisinos y Bartomeu, que participó en la última reunión para confeccionar la oferta, guarda un as en la manga. Falta ver si lo utiliza.
Bartomeu y Neymar cuando se firmó la renovación del brasileño / EFE
El Barça tiene a su disposición 140 millones procedentes de un crédito que contrató con dos fondos inversores de Estados Unidos, Barings y Pricoa, hace algunos meses. Fuentes de la entidad han confirmado a Culemanía que ese dinero se puede utilizar para fichajes. Pero no se dice públicamente.
El club prefiere no utilizar ese dinero a menos que sea estrictamente necesario y por ello quiere agotar todas las vías previas en la fase de negociación. Sin embargo, llegado el momento, Bartomeu podría tirar del crédito concedido por los fondos americanos para pagar a Neymar.
Un crédito muy ventajoso
"Se trata de un nuevo modelo de financiación a clubes para comprar jugadores, una fórmula muy innovadora en la industria del fútbol para cerrar grandes inversiones con garantías", explican fuentes especializadas a este diario. El interés es muy bajo y se devuelve en cinco años.
El principal aspecto en contra es que el valor del crédito es inferior al coste que tendrá Neymar, con lo que el esfuerzo económico del club será igualmente grande pese a la ayuda. Ese es el punto que deben acabar de valorar Bartomeu y su directiva, sabiendo que el Real Madrid está al acecho.