Javier Tebas y Luis Rubiales continúan con su guerra fría particular por el control y las decisiones del fútbol español. Una trifulca que se asemeja más a una relación de una pareja en trámites de divorcio que a dos personalidades de peso en el fútbol español. Quieran o no están condenados a entenderse, pero parece ser que sus diferencias son tan abismales que han llegado a los tribunales.
Una guerra fría continuada por el control absoluto del fútbol nacional que enfrenta al presidente de la Real Federación Española de Fútbol y el presidente de LaLiga. Las querellas y denunciadas han sido la gota que ha colmado el vaso. Se iniciaron tras la reunión que ambos mantuvieron el pasado 13 de abril en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD) para negociar la coordinación entre las entidades que representan.
Amenazas
Rubiales atendió a los medios y no escondió su descontento por "cuestiones desagradables" que pasó por alto, mientras que Tebas rehuyó de la prensa para demandar al presidente de la Federación por coacción. Según sostiene Tebas, Rubiales le amenazó con filtrar informaciones graves sobre su persona si no se llegaba a los acuerdos que quiere alcanzar el federativo sobre el fútbol español: los horarios, la explotación comercial del balón y el naming de la competición.
Una foto de Luis Rubiales en un acto de la RFEF / RFEF
Rubiales ya ha tenido que declarar por esa denuncia, según han reconocido fuentes de la federación. Una denuncia que no ha escondido Rubiales y que espera que se archive para poder proceder en su contraataque: una querella por calumnias y denuncia falsa.
Al rojo vivo
Unas denuncias que no aflojan las tensiones entre ambos mandatarios y que aumentaron de nivel el pasado jueves cuando Rubiales convocó a los clubes de Segunda B y Tercera en la Ciudad del Fú[tbol de Las Rozas para explicarles los formatos de la Copa del Rey de la Supercopa de España, que todavía deben ser aprobados, Rubiales aprovechó también para cargar contra Tebas.
Ese mismo jueves, Tebas presentó “Estado y situación del Convenio de Coordinación RFEF-LaLiga” ante 150 clubs no profesionales vinculados a la ProLiga para presentar su planteamiento y el el por qué no se deben apoyar las nuevas medidas de Rubiales. Una guerra personal que acabará afectando al fútbol y a los espectadores de la que el fin se avecina lejos.