Como es habitual en los grandes partidos -y en la gran mayoría- que se disputan en el Camp Nou este martes fue un gran día para los que se dedican a revender entradas y carnets para acceder al estadio. El Barça se jugaba el pase a semifinales de la Champions League y el resultado justo de la ida (1-0) ponía emoción al encuentro y hacía aumentar el precio.
Decenas de personas se agrupaban en el Gol Sud y delante de las oficinas de la entidad en los aledaños del estadio para hacer el mayor negocio posible. Como pudo vivir en primera persona este medio, no tienen tapujos para ofrecer sus servicios a todos los aficionados que les pasaban por delante.
Negocio redondo
Los reventas gritaban sin problema alguno “¿Tienes entradas/carnet?”. Les daba lo mismo fuera entrada o carnet de socio, el objetivo era el mismo: venderla minutos más tarde a alguien que estuviera dispuesto a pagarla por el doble de su precio, normalmente extranjeros que pasan unos días en Barcelona.
El precio que ofrecían a los aficionados culés estaba entre los 100 y 150 euros. Dinero en mano y al momento, poca historia más. Posteriormente esta entrada se vendía a otros aficionados con muchas ganas de entrar al estadio por unos 200 o 250 euros.
La entrada de Gol Sud en una imagen de archivo / EFE
Más difícil de ver actualmente son los teleoperadores turísticos que operaban de la misma forma que los revendas solitarios. El club se hizo eco de ello el curso anterior y castigó a aquellos socios -más de 2.000- que vendieron su carnet para el partido de Barça-Madrid de la temporada 2017-2018 con duras sanciones como penalizaciones o perdiendo la condición de socio.
Poca presencia policial
No es que esta actividad, penalmente perseguida, se haga con sigilosidad y discreción. Sino todo lo contrario, los reventas no dudan en proponer sus servicios a todo aquel que se acerca sea extranjero o nativo. Resulta curioso que esto suceda justo muy cerca de las taquillas del estadio sin que los cuerpos de seguridad privados ni los policías hagan nada.
En numerosas ocasiones la Policía Local de Barcelona está muy próxima de donde transcurre la acción y es que constantemente vigilan el tráfico de la avenida donde se ubica el estadio, Aristides Maillol. Mientras los Mossos siguen en busca de grupos organizados de reventa de entradas, cada partido se repite la misma tónica cerca del estadio del Barça. Una lacra que debe parar.