Todos los focos mediáticos que se viven en Madrid estos días se centran en dos juicios: el del procés, que juzga el Tribunal Supremo, y el de Sandro Rosell, que se sienta ante la Audiencia Nacional. Dos juicios por acusaciones distintas, pero que centran gran parte del debate en Cataluña y que también están muy arraigados al barcelonismo más catalanista. 

Son dos causas totalmente independientes, pero que están unidas, más allá de los sentimentalismos, por un hombre en común: Pau Molins Amat, también conocido como Pablo por muchas personas que le conocen y según figura en los registros del Colegio de Abogados de Barcelona. Un abogado con renombre en el panorama nacional y que tiene un largo expediente en la defensa de casos controvertidos. Su último éxito, el pasado miércoles, al conseguir la libertad condicional para su patrocinado, el expresidente del Barça

¿Quién es?

Conocido por liderar defensas muy politizadas, como la de Fèlix Millet i Tusset por el Cas Palau --una defensa que abandonó en 2010 por falta de credibilidad a su cliente--, la de Narcís Serra por el caso de los sobresueldos --siendo su representado finalmente absuelto-- o también la de la Infanta Cristina en el caso Noós, este mediático letrado vuelve a ser protagonista con la defensa de Sandro Rosell --que realizó sus declaraciones este martes-- y la del exconseller de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila.  

Un abogado con una carrera dilatada, pero tampoco un letrado al uso. Licenciado en Derecho por la Universitat de Barcelona (1980-1985) y Doctorado en un Master en Derecho Penal por la misma universidad posteriormente (1986-1988), Molins es socio director de Molins Advocats y Molins & Silva defensa Penal desde su fundación en 1994. 

Su vida, siempre dedicada al derecho penal, también tiene una faceta alejada de la toga. Y es que Molins es uno de los miembros más conocidos de la banda rocker Porfinviernes, de la que es vocalista, guitarrista en ocasiones y encargado de la pandereta. Un grupo que creó en 1997 y que actúa para fines benéficos como la investigación del Alzheimer o fondos para la acogida de immigrantes.

Una foto de Pau Molins en un concierto con su banda 'Porfinesviernes'

Una foto de Pau Molins en un concierto con su banda 'Porfinviernes' 

Acostumbrado a los focos

Pau es un hombre acostumbrado a los focos sea cual sea la faceta que se trate. Lejos de los escenarios, también es un miembro y ponente habitual del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, el Consell de Col.legis d’Advocats de Catalunya, el Consejo General de la Abogacía Española, el Consejo General del Poder Judicial y diversas organizaciones empresariales, como Fomento del Trabajo.

Una carrera fraguada desde los despechos de la abogacía que le han consagrado como uno de los abogados más reputados de Barcelona, pero que también cuenta con una estabilidad y arraigo a su tierra natal indudable. Una familia muy conocida en Cataluña --él es el menor de once hermanos-- que posee la conocida empresa Cementos Molins. La misma que ante la inestabilidad que se vivió en Cataluña tras el 1-O trasladó su sede de Sant Vicenç dels Horts a Madrid, sumándose así al millar de compañías que abandonaron Cataluña en apenas semanas. 

Familia catalana

Una salida más que cuestionada en la localidad por lo que supuso su marcha. Militó para CDC e incluso llegó a preparar la querella que CiU interpuso contra Pasqual Maragall por el caso 3%. Una afiliación a un partido de derechas catalanista que topa con uno de sus clientes actuales, Santi Vila, diputado de ERC en la Generalitat de Catalunya. El mismo partido que gobernaba en Sant Vicenç dels Horts cuando trasladaron la sede de la empresa familiar a la capital y en la que Oriol Junqueras inició su andadura en la política catalana, ahora juzgado por el procés. 

Una foto de Pau Molins Amat, el abogado de Sandro Rosell / EFE

Una foto de Pau Molins Amat, el abogado de Sandro Rosell / EFE

Un tipo alegre que también tiene una lucha diaria en casa. Su hijo Ignacio, de ahora 19 años, sufrió hace seis un infarto medular del que todavía arrastra las consecuencias. Una historia de superación que ve en casa a diario y que comparte con sus padres, Pau e Isabel Joly y sus tres hermanos, Gloria, Pablo y Cristina

Antecedentes

Ahora, lejos de su vagaje profesional y personal, su figura será crucial para que Sandro Rosell evite los 11 años de cárcel que pide la Fiscalía por delitos de blanqueo de capitales y organización criminal de los que está acusado, así como una multa de 59 millones de euros.

Un caso que dio el pistoletazo de salida este lunes, con las alegaciones correspondientes del letrado, y que continuó durante la semana con las explicaciones de Rosell y su socio Joan Besolí, en las que remarcó su inocencia y los constantes errores del fiscal en su acusación. Con la defensa de la Infanta, la mujer de Iñaki Urdangarin quedó absuelta de los cargos que se le imputaron. Un éxito que habrá que ver si es capaz de conseguir con el caso que incumbe a Sandro Rosell. De momento, esa libertad provisonal sabe a victoria.