Afónico y muy delgado. Así llegaba Sandro Rosell a la estación de Sants este jueves tras abandonar Madrid, donde está siendo juzgado por la Audiencia Nacional.
Tras ser puesto en libertad condicional, después de 643 días en prisión provisional, el expresidente del FC Barcelona hizo unas escuetas y sinceras declaraciones a los micrófonos de Catalunya Ràdio.
"Muy contento", fue lo primero que dijo Sandro Rosell, casi sin voz, al ser preguntado.
"De lo que tengo más ganas es de ver a mis padres y de dar un beso a mi madre", explicó Sandro Rosell, que se emocionó el miércoles hablando por teléfono con su progenitora tras recibir la noticia de que quedaba en libertad.
Para terminar, zanjó en la misma línea: "Feliz de poder volver a la familia y amigos".