Este martes tuvo lugar la segunda jornada en la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de la vista oral contra el expresidente del Barça, Sandro Rosell. El exmandatario del Barça solo contestó a las preguntas de su abogado y se negó a contestar a la Fiscalía.
En la causa que se juzgó, el fiscal le pide a Rosell –ya en prisión preventiva desde mayo de 2017– que sea condenado a 11 años de cárcel y una multa económica de 59 millones de euros por blanqueo y pertinencia a organización criminal.
Su aventura con Nike
Sandro Rosell explicó su aventura con la firma americana de ropa deportiva Nike. Empezó como responsable de márquetin deportivo para España y Portugal que duró tres años. En 1999 se trasladó a Río de Janeiro y ejerció de sports marketing manager de la marca en Latinoamérica.
Uno de sus trabajos era conseguir que la selección brasileña ganara el Mundial con el fin de cuadriplicar las ventas. Según explicó en la vista oral, rechazó una oferta estadounidense de Nike –vicepresidente mundial– para irse a Barcelona y fundar su propia empresa, BSM (Bonus Sports Marketing). Su primer vínculo empresarial fue con la marca deportiva estadounidense ya que querían seguir vinculados a él. Su segundo contrato fue con la Federación Española de Baloncesto.
Caso selección brasileña
Rosell junto a su agencia Alianto organizó en 2008 un partido amistoso de la selección de Brasil con el que se ganó una cantidad de 4 millones de euros. Años antes se inició la relación entre el expresidente del Barça e ISE. Esta empresa forma parte de un gran conglomerado saudí.
La firma saudí estaba buscando contenidos audiovisuales. "En Arabia Saudí están locos por el fútbol", dijo. Los contenidos de la Liga española estaban vendidos y entonces se decidieron ir a por los de la selección de Brasil, solo los partidos amistosos ya que los oficiales no podían ser por motivos contractuales.
Los derechos por aquel tiempo de los amistosos de Brasil costaban 600.000 dólares cada partido y casi estaban todos vendidos, pero nada firmado aún. Primeramente, ISE con asesoramiento de Rosell ofrecieron 800.000 pero la preferida era Traffic, la otra empresa interesada en hacerse con los derechos.
Finalmente se aceptó una contraoferta de 1.150.000 dólares por partido de ISE a cambio de la explotación, gestión y retransmisión de 24 partidos amistosos de Brasil, excepto los que se disputaban en el mismo país.
El contrato entre la empresa y la Confederación Brasileña de Fútbol se firmó en 2006 tras seis o siete meses de negociaciones. "No hubo comisiones, ni legales ni ilegales", explicó el expresidente. “Es absolutamente falso lo de las comisiones que recibía Teixeira (presidente por aquel entonces de la CBF)", sentenció Rosell.