Sandro Rosell, expresidente del FC Barcelona, repasó su paso como directivo del club catalán en el juicio oral en la Audiencia Nacional. En la primera ronda de preguntas de su abogado, Pau Molins, terminó su larga explicación con un “se me va la olla, cuando hablo del Barça saltan las emociones” visiblemente afectado.
Rosell fue vicepresidente del club desde 2003 hasta 2005 bajo el mandato de Joan Laporta, para más tarde convertirse en presidente, cargo que ostentó desde 2010 hasta 2014 y que abandonó por el caso Neymar y a la presión mediática. En su primer día en el banquillo de acusados, no solo su empresa BSM fue objeto de preguntas.
El Barça como escaparate
El expresidente del FC Barcelona también se refirió al club catalán como parte de un entramado en contra de su persona y achacó su paso por la presidencia de la entidad catalana como uno de los motivos por los que está en esta situación. Rosell reconoció: "Monté la empresa por razones fiscales, pero como en ese momento me decidí por las elecciones del Barça me dijo una persona: 'Cuidado que van a por ti' y entonces hice la declaración. La Agencia Tributaria tenía conocimiento de estos ingresos", en referencia a sus cuentas en Andorra de las que ha señalado que como empresa internacional podían tener cuentas donde quisieran.
Sandro Rosell, expresidente del FC Barcelona, en una imagen de archivo / EFE
Unas declaraciones que ahondó con una dura crítica: "Antes de ser presidente del Barça no acudí a un juzgado. Cuando lo he sido he recibido tres denuncias por Fiscalía, más de 50 inspecciones y no solo yo ni sino también mi entorno, es increíble".