Sandro Rosell vivió el primer día de juicio en la Audiencia Nacional en un proceso que marcará su porvenir ante la Justicia española. El expresidente azulgrana se sentó en el banquillo de los acusados 641 días después de entrar en prisión –como medida preventiva por el riesgo de fuga que se considera que existe-– y tras escuchar a su defensa y a la Fiscalía volverá este martes para declarar. 

Sin decir palabra ya que no hubo tiempo para declarar, Pau Molins, su abogado, hizo especial hincapié en dos cuestiones: su encarcelamiento preventivo como medida abusiva y la inocencia de su cliente. Sobre el primer tema, recalcó en infinidad de ocasiones la desproporción y desmesura que supone que estén en la cárcel y pidió que Rosell y su socio Besolí "pudieran comparecer libres" para garantizar un juicio equitativo en el que "no pesarán otros factores que no sean las pruebas practicadas en este juicio" y ofreció por ello una fianza de todo su patrimonio valorada en 30 millones de euros.

Un encarcelamiento preventivo que no quedó ahí. Molins criticó duramente las medidas que se han tomado en el caso que concierne a Rosell y del que considera que está "en riesgo de verse afectado el principio de presunción de inocencia", mientras otros casos como el de La Manada están en libertad.

Inocentes

Con su encarcelamiento como principal argumento, la inocencia de Rosell fue otra de las cuestiones que abordo. Molins reiteró que los delitos de los que está acusado el expresidente azulgrana no son constitutivos de delito en Brasil ni en Andorra, que son los lugares donde se produjeron los hechos. Algo que también incumbe al FC Barcelona en la que época en la que Rosell presidió la entidad catalana. 

Sandro Rosell y Javier Faus, cuando ambos eran presidente y vicepresidente económico del Barça / EFE

Sandro Rosell y Javier Faus, cuando ambos eran presidente y vicepresidente económico del Barça / EFE

El abogado de Sandro Rosell pidió que se incorpore como prueba pericial en el juicio un dossier de prensa que recoge todas declaraciones de Rosell durante el periodo electoral a la presidencia del FC Barcelona en junio de 2010. En dicho dossier están recogidas las promesas que el acusado dio en su candidatura previa a la presidencia azulgrana cuando prometió vender su empresa de marketing deportivo BSM.

Una venta que no se fraguó de forma inmediata una vez fue elegido presidente azulgrana pero que sostienen que no se realizó para blanquear dinero ni llevar a cabo ninguna acción ilícita a través de la empresa: "Mi representado vendió esa empresa porque se comprometió públicamente a hacerlo si accedía a la presidencia del FC Barcelona", ha sentenciado Molins.

Un juicio que estuvo marcado por problemas técnicos que obligó a la jueza a pedir un receso de la vista ya que los micrófonos de la sala no funcionaban y no se podía escucha con claridad.