Jaume Roures, propietario de Mediapro, denunció públicamente en Radio Marca, los impedimentos que encontró para intentar hacerse con el diario El Periódico, del Grupo Zeta, que intentó comprar en varias ocasiones con distintas ofertas, pero que siempre tuvieron la misma respuesta: no. El empresario catalán criticó duramente que los "poderes fácticos no ven con buenos ojos la operación" y acusó a "fuerzas oscuras" de bloquear una operación que más allá de intereses económicos.
Roures señaló que se ya se han producido negociaciones "muy serias" con la familia Asensio Mosbah, propietaria del grupo, algo por lo que todavía mantiene la esperanza de poder salir victorioso de la puja. Una estrategia que confirma los intereses políticos de Roures y su socio, Tatxo Benet, para hacerse con esa firma.
Todo la cabecera
Roures también señaló motivos laborales y dio a entender que la compra del grupo, que incluiría todas las cabeceras de la editora, asegurarían el futuro de una plantilla que vive en una situación difícil desde hace años y por lo que ya han sufrido distintas reestructuraciones y recortes. Algo que considera "una dinámica laboral que no es lo más recomendable” para una redacción.
La oferta que ha presentado Roures es tentativa y tampoco y, según informan fuentes cercanas, supera con creces la de otras empresas como Editorial Prensa Ibérica (dentro de la cual están El Faro de Vigo y La Opinión) y el Grupo Henneo, empresa editora de 20 Minutos y El Heraldo de Aragón, que quieren hacerse con el grupo editorial. La cuestión económica es un factor determinante que todavía no ha convencido a la familia Asensio. Roures ofrece un contrato de compraventa que además incluye 100 millones de euros par saldar toda la deuda que arrastra la empresa con una quita del 50% del pool de acreedores, formado básicamente por bancos del país. Y es en este punto, donde no existe un acuerdo.
Una foto de Jaume Roures, propietario de Mediapro / EFE
Mientras el cartel de en venta se mantiene, la empresa obtuvo unos beneficios en 2017 que permitieron a los accionistas repartirse 8,5 millones de euros, aunque el cierre del ejercicio mostró números rojos de nuevo.