Nuevo pelotazo de Jaume Roures. La FIFA ha adjudicado a Mediapro los derechos televisivos de la Copa del Mundo de 2022, que se celebrará por primera vez en la historia en invierno –del 21 de noviembre al 18 de diciembre– dada su ubicación: Qatar.
La multinacional catalana anunció este viernes la adjudicación de los derechos televisivos. Un éxito empresarial total y que supondrá millones de euros de beneficio para Mediapro. Todas las ligas en activo detendrán su calendario para dar cabida al Mundial. Asimismo, también anunciaron la creación de un canal en España "dedicado a un seguimiento 24/7 del Mundial", así como programas, tertulias y entrevistas para cubrir todos los actos relacionados con la cita más importante del fútbol.
También las inferiores y el femenino
Dicho acuerdo no solo incluye el Mundial de Qatar, sino que Mediapro se encargará de la retransmisión y distribución de la Copa Mundial Femenina FIFA 2019 que se celebrará este verano (junio-julio) en Francia en la que estará presente la selección española femenina. Del mismo modo que retransmitirá el Mundial FIFA sub-20 de Polonia (mayo-junio 2019), Mundial FIFA sub-17 de Perú (octubre 2019), Mundial FIFA de fútbol playa de Paraguay (noviembre 2019) y Mundial FIFA de fútbol sala de Lituania (septiembre-octubre 2020). Los partidos de la FIFA entre el 2019-2022.
Con este nuevo contrato, Mediapro abre ahora las puertas a nuevas negociaciones con otras cadenas y emisoras por los derechos televisivos, como ocurre en la Liga española, que ahora comercializan Movistar y BeIN Sports o, en otros países, Vodafone, Telefónica y Orange.
Sobornos sin consecuencias
Un adjudicación que no ha dejado a nadie indiferente, especialmente después de que la multinacional del empresario catalán se declarara culpable de sobornos a las federaciones de fútbol del Caribe y Centroamérica por los derechos de partidos clasificatorios a los mundiales de 2018 y 2022. Un soborno que aceptó tras las acusaciones del fiscal del Distrito Este de Nueva York y por la que US Imagina, del conglomerado de Jaume Roures, pactó el pago de 24 millones de dólares para cerrar el caso, algo más de 20 millones de euros.
Una multa administrativa a Mediapro que se desprendió de la actividad ilegal que se realizó entre 2008 y 2014 para hacerse con los derechos televisivos para retransmitir los partidos clasificatorios del Mundial de Fútbol de 2018 y 2022. De esos 20 millones, US Imagina abonó tres millones a la Unión Caribeña de Fútbol (CFU), 1,7 millones a la Federación Hondureña de Fútbol, 790.000 dólares a la de Guatemala, 600.000 a la de Costa Rica y 565.000 a la de El Salvador.
Asimismo, la firma con sede en Florida, que se declaró culpable de dos delitos de conspiración de fraude electrónico, reembolsó a la Justicia estadounidense 5 millones de dólares por las "ganancias criminales de estos esquemas". Pese a asumir su culpabilidad, la FIFA vuelve a poner su confianza ciega en la empresa de Roures que contará con la total libertad para gestionar y distribuir los partidos de la cita mundialista. Unas relaciones que parecen intactas pese al caso en los tribunales, algo que no ocurre del mismo modo en el Barça.
Roures mantiene a día de hoy distintas casos en los juzgados con el club catalán. El más sonado, su enfrentamiento con Sandro Rosell, en la cárcel de Brians 2, por un presunto caso de espionaje. Algo que mantiene la cuerda tensa y que agudiza sus malas relaciones con Josep Maria Bartomeu. Ambos no se dirigen la palabra tras distintos desencuentros públicos --como el homenaje a Cruyff-- y privados, cuando Roures intentó comprar el diario Sport o estudió la posibilidad de poner apellido al Camp Nou.