El FC Barcelona es uno de los pocos clubes deportivos del mundo que no funciona como Sociedad Anónima Deportiva. Junto al Real Madrid CF, Athletic Club y CA Osasuna, la entidad catalana puede presumir de ser un caso excepcional, en peligro de extinción.
La forma jurídica en que está constituido el club otorga un nivel democrático inexistente en las denominadas SAD, donde gobiernan los máximos accionistas. En el Barça mandan los socios, quienes votan cada seis años a la junta directiva que debe representarlos a todos.
En 2015 ganó las elecciones de forma autoritaria el presidente actual, Josep Maria Bartomeu, dirigente del club desde enero de 2014. Barto asumió el legado del presidente dimisionario Sandro Rosell, actualmente en prisión, acusado de la comisión de un delito de blanqueo de capitales.
El juego de la silla
Rosell ganó las elecciones de 2010 y dio acceso al Barça a una veintena de directivos, muchos de los cuales siguen todavía al frente del club junto a Bartomeu. Sin embargo, no son pocos los que se han bajado del barco: Javier Faus, Toni Freixa, Carles Vilarrubí, Jordi Monés, Susana Monje o Manel Arroyo, entre los más destacados.
En su lugar han llegado otros como Quique Tombas, Maria Teixidor, Emili Rousaud, Oriol Tomàs, Xavier Vilajoana, Jordi Calsamiglia y, más recientemente, Marta Plana y Jordi Argemí. Perfiles profesionales potentes que se unen al club para sumar.
Sandro Rosell y Josep María Bartomeu antes de entrar a la Audiencia Nacional / EFE
Sin embargo, además de ser personas muy válidas en sus respectivos campos, también son ambiciosas. Ello hace pensar que más de uno, y de dos, podrían aspirar a ser el delfín de Bartomeu en 2021, cuando finaliza su mandato presidencial.
Cardoner, el heredero legítimo
Aunque de momento en la junta llaman a la calma sobre este tema, a nadie escapa quien es el principal favorito a heredar la poltrona presidencial. Se trata del actual vicepresidente primero y responsable del área social, Jordi Cardoner.
Gran amigo de las peñas, Cardoner es nieto de un emblemático directivo del club en el pasado, Nicolau Casaus. Hecho este que le otorga galones para ser algún día presidente.
Una foto de archivo de Xavier Vilajoana / FCB
Sin embargo, no es el único candidato. En los últimos días se habla de otro nombre que ha empezado a despertar celos entre algunos miembros de la directiva, Xavi Vilajoana.
El exitoso 'tour' de Vilajoana
El directivo responsable del fútbol formativo ha protagonizado distintas entrevistas con las emisoras de radio más importantes de Cataluña en los últimos días: RAC1, Catalunya Ràdio y, en octubre, también fue entrevistado por Radio Barcelona.
En todos los casos, se ha coincidido en señalar que Vilajoana dejó una muy buena imagen. Sobre todo, por sus conocimientos futbolísticos, algo que no abunda entre los directivos, mucho más eficaces en el ámbito empresarial.
Cardoner, en Ginebra con los refugiados
La campaña mediática que Vilajoana protagonizó durante las últimas semanas no ha gustado a determinados directivos, cuentan a Culemanía fuentes de la directiva. Y, al parecer, uno de los más molestos habría sido el propio Cardoner.
Seguramente por este motivo, en los últimos días el vicepresidente primero también ha vuelto a la primera plana. Primero, siendo la cara visible del club en la nueva gala de Valores del diario Sport y, segundo, representando al Barça en Ginebra.
Empieza la guerra por los focos
Cardoner acudió al Foro de Acnur celebrado en la ciudad suiza para exponer el programa de refugiados de la Fundació Barça, donde la directora María Vallès y Ramon Planes son los que llevan el día a día del organismo en materia de personas refugiadas. También tuvo su cuota de espacio junto a Teixidor este sábado en los actos navideños para niños antes del Barça-Celta, algo que se engloba en el marco de sus funciones habituales.
Ante el exceso de protagonismo de Vilajoana en las últimas semanas, Cardoner ha vuelto a salir a la palestra. En el departamento de comunicación del club sale humo para coordinar los egos de la junta. Y eso que las rencillas por acaparar los focos no han hecho más que empezar.