José Luis Nuñéz Clemente ha muerto este lunes, 3 de diciembre de 2018. El presidente más longevo en la historia del FC Barcelona, entre 1978 y 2000, ha fallecido a los 87 años. El inexorable paso del tiempo se lo ha llevado.
Núñez, constructor y promotor inmobiliario, ha sido el presidente más laureado en la historia del Barça. En su haber figuran nada más y nada menos que 140 trofeos. El más importante, la primera Copa de Europa del club, conquistada en 1992 con el gol de Ronald Koeman en Wembley.
Bajo su mandato, el Barça también conquistó en siete ocasiones el título de Liga y seis Copas del Rey, entre muchos otros títulos: 27 para el primer equipo de fútbol y muchos otros de las secciones, donde destacan los 50 de balonmano, con Valero Rivera al frente del banquillo la mayor parte del tiempo.
Simbolizó la regeneración del Barça 'pos-Franco'
El empresario vasco, nacido en Barakaldo, Vizcaya, el 7 de septiembre de 1931, simbolizó una revolución en el club catalán. Una regeneración vital para una entidad deportiva entonces decadente que coincidió con el año en que se instauró la Constitución en España.
Núñez puede considerarse el primer gran presidente en la historia del club post Franco ya que Agustí Montal estuvo hasta 1977 --se mantuvo dos años tras la muerte del dictador-- y Raimon Carrasco tan solo aguantó un año en calidad de presidente interino.
El socio fundador de la constructora Núñez i Navarro supo gestionar a la perfección esa época de transición nacional y convencer a una cada vez más amplia parroquia de culés. Para ello, derrotó a figuras ilustres como Nicolau Casaus y Sixte Cambra, que con los años se unieron a su equipo directivo.
No perdió ningunas elecciones
En sus 22 años de mandato, Núñez ganó tres veces las elecciones a la presidencia. Doblegó a los citados Casaus (1978) y Cambra (1989), pero también a Ferran Ariño (1978), su rival más igualado, y Ángel Fernández, al que vapuleó de forma abrumadora en 1997.
José Luis Núñez posa con Nicolau Casaus y Ferran Ariño / FCB Archivo
Joan Gaspart, presidente del Barça de 2000 a 2003, fue su mano derecha y heredero cuando las cosas se torcieron. Antes de alcanzar la presidencia estuvo al lado de Núñez como vicepresidente primero completando la totalidad de su mandato: del 78 al año 2000.
En su último año como presidente, Núñez celebró el centenario del Barça, fundado en 1889. Fue un año de homenajes y celebraciones sin parangón, pero el juego del equipo no terminaba de acompañar y ello le llevó a dejar la entidad.
La lucha contra Cruyff
Su batalla inagotable contra Johan Cruyff fue el principal motivo de desgaste del presidente. Hasta el punto de que el barcelonismo se dividió en nuñistas y cruyffistas. El fútbol brillante de Johan, entrenador entre 1988 y 1996 y fallecido el pasado 24 de marzo de 2016, consolidó el Dream Team.
Johan Cruyff y José Luis Núñez cuando todavía se llevaban bien / EFE
Sus discrepancias llevaron a la disolución del mejor Barça hasta la fecha tras una tensa reunión en la que volaron sillas por los aires. Esa división entre unos y otros fue el principio del final de una etapa esplendorosa, pero el nuñismo siguió vivo en muchos culés y lo representó con fuerza Sandro Rosell y su heredero, el actual presidente, Josep María Bartomeu.
Perseguido por Hacienda y condenado a prisión
Núñez, cuyo nombre sigue en la cabecera del museo del Barça, atravesó su etapa más oscura al dejar la presidencia. Hacienda detectó una evasión de impuestos y la justicia le condenó a seis años de prisión el 28 de julio de 2011 junto con su hijo, José Luis Núñez Navarro, por sobornar a inspectores de Hacienda para no declarar impuestos.
Llegó a ingresar temporalmente en la prisión de Quatre Camins por ese delito de cohecho, aunque por cuestiones de edad no pasó demasiado tiempo entre rejas. Esa mancha negra en su historial le llevó a pasar discretamente sus últimos años de vida.