Que Messi no se entiende sin el Barça y viceversa es algo que se ha ido arraigando con los años. El jugador argentino ha pasado de ser una promesa a un símbolo, un líder. Tanto él como su familia se han mostrado partidarios de mantenerse en el club azulgrana por muchos años, prácticamente hasta el final de su carrera. Aunque en ocasiones la complejidad de las negociaciones han llevado a ciertas especulaciones, el 10 siempre ha tenido el deseo de ser del Barça.
Sin embargo, eso no ha impedido que otros clubes se interesasen por la situación del crack argentino e incluso algunos se han atrevido a ofrecerle un contrato que más de uno hubiese firmado con los ojos cerrados. El ofertante fue el Manchester City, pero las cifras que propuso quedaron en nada cuando Messi rubricó su renovación con el Barça.
Oferta indecente
Los hechos se sitúan en el pasado octubre de 2017, momento en el que Cataluña vivía un momento convulso enfrentada a España. Los hechos sucedidos el día 1 de octubre de 2017 y la posterior aplicación del Artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno generaron convulsión en todas las esferas de la sociedad, incluido Messi.
Imagen de archivo de Ferran Soriano / EFE
Durante esos días, el director ejecutivo del Manchester City, Ferran Soriano, contactó con el padre del jugador azulgrana, Jorge Messi, para exponerle su oferta. De entrada, el club inglés pagaría la cláusula de rescisión del jugador, tasada en 250 millones de euros. Esta misma cantidad, neta, sería la que recibiría el delantero argentino en un periodo de cinco años. Por último, en el caso de consumarse el fichaje, la intervención de Jorge Messi sería recompensada con 50 millones de euros brutos.
En total, el Manchester City le ofrecía a la familia Messi unos 300 millones de euros, un gasto al que, sumándole los diferentes impuestos, ascendería hasta una cantidad cercana a los 755 millones de euros a pagar por el club británico. Una suma monetaria de esta índole sólo está al alcance de clubes que cuenten con el mareante capital árabe.
Renovación
Cabe destacar que tanto Pep Guardiola, técnico del Manchester City, como el propio club negaron cualquier rumor acerca de esta oferta. Sin embargo, el jeque Mansouir bin Zayed, propietario del club Cityzen, habló acerca de un inminente fichaje que batiría récords monetarios.
Imagen de archivo de Pep Guardiola en el banquillo del Manchester City / EFE
Si el jeque del Manchester City se refería a Leo Messi, el fichaje no se dio. El crack argentino alcanzó un acuerdo de renovación que lo vinculaba al Barça hasta 2021, con la posibilidad de ampliar el contrato por una temporada más. Hasta la fecha, el 10 no se había planteado salir del Barça, algo que ahora parece aún más improbable, pero sí que ciertos acontecimiento le hicieron pensar más.
A Messi pareció no hacerle demasiada gracia la iniciativa del club cuando fue acusado de fraude por la Hacienda Pública. De hecho, el alejarse de este tipo de problemas y aterrizar en una fiscalidad menos problemática como la que podría tener en la Premier Legue fue una de las recomendaciones que le llegaron al delantero azulgrana. Pese a los momentos complicados, Messi cerró su continuidad en el Barça, aunque en su contrato incluyó una cláusula por la que quedaría libre en el caso de que Cataluña se separase de España y el club no disputara alguna de las grandes ligas europeas.
Blindado
En el Barça, la renovación de Leo Messi no se trató como una cualquiera. Además de asegurar la continuidad del crack argentino, éste también vio aumentado tanto su salario como su cláusula de rescisión.
Bartomeu y Messi en la última renovación del jugador argentino / EFE
El 10 pasó a cobrar 35 millones de euros netos por temporada, repartidos entre su ficha y una prima de fichaje, hasta 2021, algo que suponía un aumento salarial de 15 millones de euros respecto al contrato anterior y una cifra inferior a lo que supuestamente le ofrecía el Manchester City.
A su vez, el club azulgrana quiso cubrirse las espaldas y elevó su cláusula de rescisión hasta los 700 millones de euros, cuando en un primer momento se habló de incrementarla hasta los 300 millones de euros. Actuaciones como las del equipo inglés y lo vivido con Neymar en el verano de 2017, hicieron que el Barça no se la jugara.