Jordi Moix continúa con su ascenso en la junta directiva del FC Barcelona. Después de mucho esperar, el directivo fue nombrado a principios de septiembre vicepresidente tercero de la entidad catalana, cargo que compaginará con el desempeño de sus obligaciones como responsable del Espai Barça, del que dará cuentas en la asamblea de compromisarios del sábado. Una historia con final feliz, al menos de momento.
Llegado a la junta actual de la mano de Sandro Rosell, actualmente es uno de los hombres fuertes de Josep Maria Bartomeu. Su influencia ha ido creciendo en la cúpula paulatinamente, pero sus rencillas del pasado con Joan Laporta, presidente del club desde 2003 a 2010, se mantienen intactas. Y es que ambos se las tuvieron tiesas durante el corto tiempo que comandaron la nave conjuntamente.
Llegada a la directiva
Cuando Laporta, que volvió a la escena pública este viernes para defender a Gerard Piqué y lanzar un nuevo dardo a la actual directiva, presentó su primera candidatura para presidir el FC Barcelona, el abogado eligió a varios hombres de influencia en el mundo económico y deportivo. Entre sus seleccionados destacaba Rosell, que trajo consigo cuatro hombres de su confianza a la junta, y puso empeño para cerrar acuerdos deportivos importantes con Nike y otros patrocinadores.
Esos cuatro elegidos eran Bartomeu, Jordi Moix, Jordi Monés y Javier Faus, aunque los dos últimos ya no están en el club, como tampoco Rosell. Por su parte, el área económica en aquel entonces estaba liderada por personajes del sector privado como Marc Ingla y Ferran Soriano, los denominados Clusters. Una junta directiva del Barça en la que gobernaban los egos y las diferencias para guiar al club.
"El capitán de los necios"
Con estas disconformidades patentes, el núcleo fuerte liderado por Rosell presentó su dimisión en 2005, menos de dos años después de la llegada al poder de Laporta. Rosell, Bartomeu, Faus, Monés y el propio Moix dimitieron de sus cargos por las diferencias deportivas que vivía la junta desde hacía meses.
Una foto de archivo de Jordi Moix / FCB
Con el tiempo, los motivos de aquella ruptura fueron a más y los dos grupos se fueron enemistando hasta verse envueltos en una peligrosa guerra de envidias y egos. Laporta cogió especial animadversión a Moix, al que se refería a menudo con una curiosa expresión: "El capitán de los necios".
Moción de censura contra Laporta
Moix era de los que no se mordían la lengua y Laporta ya se sabe que no suele callarse nada, así que decidió ponerle ese apodo, en catalán, entre su círculo más cercano cuando se refería al nuevo vicepresidente tercero. Un desprecio leído de forma positiva en la cúpula actual del club: "Si alguien como Laporta iba diciendo esas cosas de él, será porque algo hacía bien".
Pero volvieron tiempos convulsos a la dirección del club. En 2008, 8 de los 17 directivos del Barça presentaron su dimisión en bloque ante el polémico presidente. Albert Vicenç, Ferran Soriano, Marc Ingla, Toni Rovira, Xavier Cambra, Claudia Vives, Josep Lluís Vilaseca y Evarist Murtra no toleraron que el 60,6% de los socios votaran en contra de la junta a raíz de la moción de censura presentada por Oriol Giralt. Moix fue de los que votó en contra de su enemigo.
La oscura dimisión de Rosell
Fue entonces cuando el primer núcleo fuerte de Laporta volvió a la carga. Tras el escándalo de las escuchas y con varios años haciendo campaña en la sombra, Rosell se presentó con sus hombres de confianza a las elecciones del club en 2010. Las ganó por el 61,5% de los votos con un proyecto basado en la transparencia económica y los socios como verdaderos dueños del club, aunque su imagen personal resultó seriamente dañada.
Sandro Rosell, en los juzgados / EFE
Con la dimisión de Sandro en enero de 2014, originada realmente en el delito por supuesto blanqueo de capitales y tráfico de influencias por el que fue encarcelado en 2017, Bartomeu tomó el mando como presidente en funciones. Un año y medio después, y con el triplete en la saca, Barto ganó las elecciones de 2015 frente a Joan Laporta, Agustí Benedito y Toni Freixa.
Espai Barça, retrasado
Desde entonces Jordi Moix ha escalado posiciones entre los directivos del Barça. Conoce las causas más oscuras que preocupan en el club por las gestiones de Rosell, y su pasado en el sector privado no es brillante. Cuatro de las inmobiliarias que dirigió cerraron en su día o estarían a punto de hacerlo, así como empresas de otros sectores que quebraron.
Pese a ser nombrado vicepresidente tercero, sus funciones se mantienen fijas en el ámbito del Espai Barça y la remodelación urbanística de las instalaciones azulgrana, una misión que se ha ido retrasando pero que ya empieza a tomar forma. Las obras del estadio de Johan Cruyff están en marcha y la primera grada se empezará a remodelar en verano de 2019.