Es el hombre de moda en el Camp Nou. El directivo que acapara elogios, al que persiguen los flashes de las cámaras, el que da la cara ante la prensa para defender la política económica del FC Barcelona, cuyo crecimiento está disparado rumbo al objetivo de los 1.000 millones de euros.
Se llama Enrique Tombas Navarro, tiene 50 años –por pocos días– y se ha convertido en el niño bonito del presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, dentro de la junta directiva del Barça. Su ascenso meteórico sorprende casi canto como los halagos que todo el mundo le dedica.
Tombas se unió a la candidatura de Bartomeu para las elecciones de 2015 junto a otros tres directivos, Oriol Tomàs, Emili Rousaud i Maria Teixidó –la única directiva hasta hace muy poco– y desde que llegó no ha hecho más que escalar.
De la comisión social a tesorero
Empezó, unos años antes, como miembro de la comisión social y dado su intrínseco barcelonismo –es socio desde los 7 años (1974)– pidió dar el paso a la junta con la candidatura electoral. Se presupone que no lo habría conseguido de no demostrar capacidades para ello.
Bartomeu tenía pensado para Tombas un rol muy específico: el de tesorero. Y ya se sabe que las cuentas en can Barça son peligrosas. A veces son motivo de litigio ante los tribunales.
Quique Tombas y Òscar Grau antes de presentar los presupuestos del Barça / EFE
En la junta directiva del Barça están convencidos de que la diligente gestión del directivo nunca terminará en una acción social de responsabilidad civil, como le pasó a Joan Laporta, ganador del envite a la postre. Aunque cuando se habla de un club tan ciclotímico como el culé, nunca se sabe. Más vale curarse en salud, porque las turbulencias están aseguradas.
Entramado empresarial exitoso
El principal aval de Tombas no era otro que la gestión del grupo societario cobijado bajo la denominación Suma Capital. Un conglomerado de sociedades con resultados dispares pero, a día de hoy, con capital total superior a los 25 millones de euros.
Por el momento, cumple con sus sociedades y cumple con el Barça. Ello le ha valido ese salto en la escala piramidal del club que le convierte en vicepresidente cuarto desde el pasado 5 de septiembre. En la jerarquía directiva solo tiene por encima a Jordi Cardoner (vicepresidente primero), Jordi Mestre (segundo) y Jordi Moix (tercero), además del presidente.
Y aunque cueste de creer, su ascenso no ha generado excesivos recelos en la junta. Si bien es cierto que algunos miembros de la directiva también pensaron en Silvio Elías para asumir ese rol, la predisposición mostrada por Tombas fue sentenciadora.
Comparado con Faus
Quizá por este motivo hay voces en la junta, y fuera de ella, que defienden su nombramiento a capa y espada: “Es muy bueno”. Incluso lo comparan con un exvicepresidente que ejerció las mismas funciones. “Es un perfil Faus, pero en humilde. Menos estridente”, aseguran.
El director general del Barça, Òscar Grau y el vicepresidente Quique Tombas / EFE
En la comparativa con Silvio Elías sale ganando ya que éste representa un estilo “más anticuado”. “Tombas es ideal para ser director financiero y Silvio es un empresario, más hábil en las ventas”, convienen desde dentro.
En definitiva, un tipo “educado, respetuoso, muy gentleman, sencillo y cero altivo, aunque tenga pinta de pijo”, que cuenta con el beneplácito de la mayoría.
El cargo que nadie quiere
De las distintas opiniones se extraen algunas conclusiones claras. Primero, su nombramiento obedece a la necesidad por recomendación estatutaria de tener un vicepresidente económico, porque también debe ser el presidente de la comisión económica.
Segundo, estamos ante un cargo que, en general, a ninguno de los directivos hacía mucha gracia asumir por la exposición pública que comporta.
'Flores' también desde la oposición
Este último sea, probablemente, el aspecto que más refuerza a Tombas en la junta directiva del Barça: “Tiene más a perder que a ganar”. Además, ya venía ejerciendo estas funciones desde que dimitió Susana Monje, solo que no ostentaba el cargo de manera oficial, como hace desde el mes pasado.
Cabe resaltar que incluso desde algunos sectores de la oposición, las palabras hacia Tombas son de los más amables: “Es buen tipo y competente, un buen elemento. Lo hará muy bien como vicepresidente”. Aunque también hay quien prefiere no mojarse todavía: "Prefiero reservarme mi opinión, de momento".
Parece que el niño bonito de Bartomeu, es también la niña de los ojos de muchos miembros y socios del club. De casi todos.