Jaume Roures también ahoga a los informativos. El empresario, que se lucra con la producción de documentales a favor del procés y cuya empresa, Mediapro, reconoció que arañó contratos mediante sobornos en EEUU para hacerse con los derechos televisivos de las clasificaciones a los mundiales de fútbol de 2018 y 2022 en distintos países, contribuye a acabar ahora con el fútbol en abierto en España. Con todo. Incluso el de los telediarios y programas deportivos. Quien quiera un resumen, que pague.
Todo ello deriva de la pugna que protagonizaron Mediapro y Telefónica en junio 2017 por hacerse con los derechos de emisión de la Champions League para las tres próximas temporadas --2018-19, 2019-20 y 2020-21--, y que ganó Roures con una oferta un 2% superior a la de su rival. La UEFA le adjudicó el contrato y, sorprendentemente, casi un año después, el empresario vendió esos mismos derechos que obtuvo en junio de 2017 a su principal competidor, Telefónica. Se acabaron los partidos en abierto, al menos, hasta 2021.
Fuera de mercado
Con el contrato de la 2017-18 a punto de expirar, la UEFA abrió en 2017 un concurso al que se presentaron diversas cadenas españolas para seguir televisando el partido gratuito de los martes, junto a los dos gigantes españoles. El precio del trienio anterior, de 2015-18, fue de 180 millones de euros por temporada.
Una foto de archivo del sorteo de Champions League / EFE
Mediapro, Atresmedia y TV3 pagaron, por partes, dicha cantidad por sus respectivos partidos, pero con el auge de los derechos televisivos y la necesidad de la UEFA de hacer caja con ellos, la entidad europea aumentó un 30% el precio por las imágenes de la competición. Unos 230 millones de euros por temporada. Un precio al que las cadenas de TDT no pudieron hacer frente y, de nuevo, Jaume Roures se encontró solo como mejor postor.
Roures, solo en la pugna
Atresmedia y TV3, que hasta la fecha habían propuesto ofertas conjuntas, rechazaron mantener la lucha y Roures se postuló como el único candidato a conseguir un contrato multimillonario que eliminaba por primera vez en España el partido en abierto de la Champions. Todos los partidos se televisarían por Bein Sports y la UEFA, con el apoyo inestimable de Roures, que pagó tal cantidad, ponía así fin al fútbol gratuito en España, como ya hizo en Alemania, Francia e Inglaterra.
Fue entonces cuando José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, decidió sumarse a la lucha por el control del fútbol, pero sin éxito. Telefónica también propuso una cantidad muy suculenta, pero Roures superó la oferta. Se estima que el empresario abonó entre 1.100 y 1.200 millones de euros por el control total del deporte rey en el viejo continente durante tres temporadas.
Un nuevo 'pelotazo'
Una vez más, Mediapro reventó el mercado de los derechos televisivos del fútbol pensando en el posterior pelotazo. Así que decidió poner a la venta la Champions el 6 de marzo de 2018. Abrió un concurso hasta el 6 de abril y escuchó ofertas en las que ofreció variables nunca vistas hasta entonces. El comprador no tenía la obligación de vender parte del pack para que se pudiera emitir un partido en abierto y el precio de salida rondaba el precio que había abonado. Sin comisión.
Telefónica vio entonces la oportunidad de recuperar el control televisivo del fútbol español, aunque al conocer la noticia se mostró reticente. Un cambio de planes en la dirección de Telefónica finalizó con la compra de los derechos por 1.080 millones de euros en junio de 2018. Un total de 360 millones anuales con la condición de que Mediapro mantendría parte de los derechos y los ingresos compartidos por la publicidad, la explotación del canal bares y los ingresos de los partidos en abierto de la UEFA Europa League, que también se incluyen en la operación.
Fin de la guerra
Con dicho acuerdo, ambas compañías enterraron el hacha de guerra y convirtieron el fútbol en un monopolio en manos de Telefónica. Una operación que se sumaba a la realizada previamentepor la empresa de Álvarez-Pallete. Ocho partidos de Liga por jornada –de Primera y Segunda División hasta 2022-- y el Partidazo, transformándose así en la operadora con el control total del fútbol en el país.
Una foto de archivo de una cámara retransmitiendo un partido / Shutterstock
En el contrato Mediapro estipuló que el contenido se podía revender a otros operadores del mercado interesados, mientras que se aseguró la gestión de los derechos de los establecimientos públicos (bares, hoteles, etcétera), la difusión de las dos competiciones a través de Bein Connect y la emisión en abierto de un partido por jornada de los equipos españoles que compiten en la Europa League.
¿Qué incluye la compra de los derechos?
Mediapro pagó alrededor 1.200 millones de euros por 137 partidos de la Champions League incluyendo los 12 partidos de la ronda previa, pero no los play-off. Unos encuentros que tienen muy poco seguimiento en España ya que los cuatro clasificados españoles entran directos. En total, más de un centenar de partidos que se disputan en 17 jornadas. Asimismo, el pack de la UEFA incluye todos los partidos de la Europa League.
Desde el órgano europeo han justificado la subida del precio en la posibilidad de ofrecer al espectador más fútbol en un horario diversificado. Hasta ahora, todos los partidos se jugaban en horario único --20.45 de la noche--, pero a partir de este año se ofrecen, solo en la fase de grupos, dos partidos a las siete de la tarde los martes y dos a las nueve de la noche y mismo horario y oferta para el miércoles.
Las televisiones, sin resúmenes
Una modificación que es la que motivó a Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA a incrementar el precio de los derechos televisivos bajo la siguiente premisa: más fútbol el mismo día. Es decir, los espectadores pueden optar al canal multideporte y ver los goles de cada encuentro o ver por completo dos encuentros en diferentes horarios. Una opción hasta ahora imposible sin cambiar de canal.
Messi celebra su gol frente al Chelsea la temporada pasada / EFE
Ante dicha reventa, el grupo Atresmedia y TV3 se han quedado huérfanos de imágenes de resumen. Ya no cuentan con los highlights de los partidos y se han visto obligados a recurrir a fotografías del partido para sus tertulias. Pese a que tienen la opción de comprar los resúmenes de minuto y medio, tres y ocho minutos que se efectuaban hasta ahora, el precio impuesto por Telefónica (y no tiene otro remedio tras la subida de Mediapro) supera los presupuestos y han decidido mantener la misma postura que tomaron cuando se desmarcaron de la puja de la UEFA.
Roures ya tiene antecedentes
Esta no es la primera jugada que efectúa Jaume Roures en torno a los derechos televisivos del fútbol. El gigante audiovisual con sede en Barcelona consiguió asignarse los derechos de los partidos clasificatorios a los mundiales 2018 y 2022. Más tarde, se descubrió que la filial norteamericana de Mediapro, US Imagina, había sobornado a las federaciones de fútbol del Caribe y Centroamérica para asegurarse la exclusividad y propiedad de las imágenes.
Una operación por la que la compañía pactó el pago de multas y devoluciones por un valor de más de 24 millones de dólares (unos 20 millones de euros), de los cuales 12,9 millones (unos 10 millones de euros) los asumió la matriz española, Imagina Media, que se declaró culpable de dos delitos de conspiración de fraude electrónico.