Gerard Piqué es una bestia incontrolable para la directiva del Barça. El central azulgrana es uno de los jugadores más queridos por la afición y muchos ya contemplan al central como futuro presidente de la entidad azulgrana. Aun así, y pese a que su rendimiento en el terreno de juego es excepcional, su ego, su carácter y su buena relación con los problemas han traspasado una línea en las oficinas de Can Barça.
Desde la cúpula saben que Piqué es intocable, pero su gran influencia alejada del mundo del fútbol escuece. A más de uno. Cuando las aguas volvían a ser mansas con el inicio de la Liga, el último episodio polémico del central del pasado viernes ha vuelto a encender las alarmas. El jugador fue denunciado por la Guàrdia Urbana de Barcelona por conducir sin puntos en el carné, otro escándalo que señala a un jugador que representa y defiende el escudo del Barça y sus valores. Algo que, en ocasiones, parece que se le olvida.
Historial, conflictivo
Este no es el primer episodio del central al volante, ni tampoco el primer incidente con las autoridades. En 2011, cuando empezó su relación con Shakira, algunos periodistas denunciaron --sin pruebas gráficas-- que el central había conducido de "forma temeraria" por la ciudad de Barcelona, rebasando los límites de velocidad, saltándose semáforos en rojo, zigzagueando por la carretera o incluso conduciendo en contra dirección. En 2012, un autobús urbano de la capital catalana le arrancó la puerta de su vehículo cuando se dirigía al Camp Nou para viajar a Alemania para disputar un partido de la Champions League.
En 2013, una fan 'cazó' al central saliendo del Camp Nou con su hijo Milán en sus piernas mientras la cantante conducía. En 2014 tuvo lugar el conflicto más polémico del deportista. Piqué se encontraba en la avenida Ramon Trias Fargas --zona de discotecas exclusivas de Barcelona-- cuando un agente de la Guàrdia Urbana le alertó de que le multaría por estacionamiento indebido, advertencia que Piqué se tomó como una amenaza y replicó: "Esa multa la pagarás tú", mientras los testigos filmaban los hechos. Por este incidente, fue condenado a pagar 10.500 euros por una falta contra el orden público de ofensas a los agentes de la autoridad en 2015 por este caso. En 2017, los Mossos d'Esquadra dieron el alto al central por conducir a 190km/h en una de las autopistas que circundan Barcelona. Infracción por la que perdió seis puntos.
La directiva, molesta
Ante semejante currículum, la directiva del Barça no esconde su enfado con el jugador. Pese a que no se han hecho declaraciones públicas, el ambiente en las oficinas de Can Barça es tenso. Los directivos quieren que el central respete la normativa, sea de la índole que sea, y recuerde a quien representa.
De momento, el único que ha hablado públicamente fue Ernesto Valverde cuándo fue cuestionado por el tema en la previa frente al Huesca. El 'Txingurri' no quiso referrirse al conflicto porque no había hablado con el jugador respecto a ello. "No he hablado con él todavía de esto, vengo sin tener un dato al respecto desde su punto de vista, podría hablar de informaciones que me han llegado, pero prefiero hablar primero con él a ver cómo ha sido todo”, sentenció.
A juicio de la directiva, el central tiene un carácter difícil en algunas situaciones y consideran que no está por encima del resto, aunque él así lo crea. Algunos directivos han mostrado su disconformidad en privado con su forma de actuar dado su poder --y su amistad con los propietarios de Rakuten-- y no quieren que el central esté por encima de ellos en un puesto que, consideran, todavía no le pertoca.