Joan Laporta y Florentino Pérez en un montaje

Joan Laporta y Florentino Pérez en un montaje Culemanía

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Las cartas ganadoras de Laporta en contra del Real Madrid: de Villar a Ceferin

El presidente del Barça cambia de estrategia para evitar una nueva sanción de la UEFA y se posiciona como un hombre de consenso en la guerra del fútbol europeo

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Florentino Pérez está molesto con Joan Laporta. El presidente del Barça se aparta de la Superliga y tiende la mano Aleksander Ceferin, máximo responsable de la UEFA. En tiempos de crisis, el dirigente barcelonista ha aparcado su discurso más crítico hacia el máximo organismo europeo, temeroso de perder una guerra que podría agravar sus problemas.

La UEFA confirmó en julio que había multado al Barça con 60 millones de euros por saltarse el Fair Play Financiero. Los primeros 15 millones eran de cobro inmediato, mientras que los 45 restantes podían ser perdonados si regulaba su situación antes de dos años.

La Superliga

La sanción fue un duro golpe para Laporta, que acaba de cerrar el ejercicio anterior con unas pérdidas de 17 millones de euros. El presidente del Barça asegura que "la recuperación económica del club es una realidad", pero su afirmación es cuestionada por muchos socios y la oposición.

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Laporta entiende que el pulso con la UEFA ha sido más perjudicial que beneficioso para el Barça, al no contar con más respaldos que el Real Madrid. Florentino Pérez, presidente madridista, siempre ha sido el gran impulsor de la Superliga, una competición mucho más elitista que la Champions que, en teoría, debería reportar mucho más dinero a los grandes clubes.

La foto de Roma

"Nos estamos poniendo de acuerdo con la UEFA por el bien del fútbol", argumenta ahora Laporta, quien esta semana se ha fotografiado con el mismo Ceferin y con Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG. El miércoles, en Roma, se celebró la asamblea anual de la EFC (la antigua ECA- de la que volverá a formar parte el Barcelona.

Laporta, Ceferin y Al-Khelaifi

Laporta, Ceferin y Al-Khelaifi Redes

El gesto de Laporta ha sido muy bien recibido por Ceferin. También por Al-Khelaifi. "Laporta es un amigo de hace tiempo. A veces los amigos pueden no estar de acuerdo con nosotros, tener discrepancias, pero luego se encuentra una solución. Quiero darle las gracias por volver a esta familia", dijo el presidente del PSG.

Malestar de Florentino

La buena sintonía entre Laporta y Ceferin molesta a Florentino Pérez y puede ser un foco de tensión con vistas al primer gran clásico que se jugará el 26 de octubre, en el Bernabéu. Las relaciones entre los dos presidentes ya no son tan cordiales, molesto también el Barça con la postura del eterno rival en el caso Negreira.

El juez Aguirre, contra Joan Laporta en el caso Negreira

El juez Aguirre, contra Joan Laporta en el caso Negreira CULEMANÍA

Laporta, una vez más, se desmarca del Real Madrid. Ya lo hizo durante su primer mandato (entre 2003 y 2010) en una jugada muy aplaudida en el palco del Camp Nou. En la batalla electoral por la presidencia de la Federación Española de Fútbol entre Ángel María Villar y Gerardo González, el club blanco respaldó al segundo, mientras que el presidente del Barça fue fiel al dirigente vizcaíno.

Las elecciones de la RFEF

Villar obtuvo 20 votos más (98 a 78) que González en las elecciones de 2004 y Laporta fue, posiblemente, el gran beneficiado del resultado. En los seis años siguientes, el Barça ganó cuatro Ligas y dos Champions, entre otros títulos. "Laporta apoyó a Villar y eso nos ayudó", comentó el exvicepresidente Alfons Godall, persona muy próxima al presidente barcelonista.

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Laporta tenía línea directa con la Federación Española de Fútbol (RFEF) y en Madrid se habló de Villarato para justificar los presuntos tratos de favor que recibía el Barça de los árbitros.

Presidente populista

Hoy, 21 años después, Laporta mueve ficha. El proyecto de la Superliga está muy parado y el presidente del Barça se posiciona como el presidente que busca el consenso entre las dos partes. A corto plazo, al menos, no le interesa una guerra con la UEFA. Tiene todas las de perder al ser el máximo responsable de un club con muchas tensiones económicas. Su distanciamiento de Florentino Pérez también es aplaudido por la masa social barcelonista. Más populista que buen gestor, Laporta vive al día y sus cambios de opinión no son gratuitos.