Compañeros de equipo… y cuñados. Es poco habitual, pero puede pasar, como con Dani Carvajal y Joselu en el Real Madrid. Y en el Barça esta situación se ha dado en más de una ocasión, como recoge el libro El árbol del Barça.
Uno de los casos es el de Raúl Vicente Amarilla y Julio César Romero Romerito. Elva, hermana de este último, se casó con el primero. No obstante, aunque ambos jugaron en el Barça, lo hicieron en temporadas diferentes: nunca coincidieron con la camiseta azulgrana.
Los paraguayos
Amarilla (Paraguay, 1960) llegó a España de la mano del Zaragoza, que primero lo cedió al Racing de Santander antes de disfrutar de su fútbol (llegó a ser pichichi en el curso 1982-83). Y tras cuatro años en Aragón llegó al Barça a cambio de 50 millones de pesetas.
Su andadura culé terminó en 1988: fue despedido tras el motín del Hesperia (la rebelión de la plantilla contra el presidente José Luis Núñez). Después jugó un año en México, volvió a Paraguay y terminó su carrera en Japón.
Petición de Cruyff
En cuanto a su cuñado Romerito, un mes menor, llegó al Barça por petición de Johan Cruyff tras una lesión de José Mari Bakero, pero solo estuvo tres meses en el equipo.
En su caso, tras pasar por Estados Unidos y Brasil, se retiró en Paraguay.
Los rumanos
También eran cuñados (y ellos sí coincidieron una temporada en el Barça) los rumanos Gica Hagi y Gica Popescu. Sus mujeres son hermanas. Hagi, tal vez el mejor jugador de su nacionalidad, creció futbolísticamente en su país y, tras su buena actuación en el Mundial de 1990, fichó por el Real Madrid, aunque no tuvo la continuidad deseada.
Entonces se fue al Brescia itaiano, con el que ascendió y descendió… y eso lo aprovechó el Barça para incorporarlo a la plantilla, aunque tampoco ese era su lugar. Dos años después, se refugió en el Galatasaray turco, donde colgó las botas. Hoy es propietario de un club.
Paso por la cárcel
¿Y Popescu? Se formó en Rumanía, pero ha pasado por siete ligas, siendo cuatro de ellas las más destacadas de Europa (España, Italia, Inglaterra y Alemania). Al Barça se incorporó en 1995 y llegó a ser su capitán, pero dos años después se marchó al Galatasaray, que le quedaba más cerca de casa.
Tras ello, todavía siguió jugando en Italia, Rumanía y Alemania, donde perdió las ganas y se retiró. Pero su gran desgracia llegó en 2014: condenado por fraude fiscal y blanqueo de capitales en el traspaso de jugadores rumanos al extranjero, estuvo en la cárcel casi dos años.
Los catalanes
Por último, hay que hablar de Patricio Arnau y José Escaich. El primero de los dos debutó de forma oficial con el primer equipo del Barça en 1925, y allí permaneció hasta la temporada 1934-35.
Pues bien, su hermana mayor, Isabel, se casó con José Escaich, también futbolista, aunque sin tanta clase como Arnau, su futuro cuñado, con el que coincidió en el equipo azulgrana. Sin embargo, solo jugó partidos amistosos con el primer equipo, y fue directivo culé años después.