Cuentan en Italia que una vez llegó Franck Kessié a Milanello (la ciudad deportiva del Milan) y que, al no encontrar un sitio para aparcar entre las plazas de los jugadores, se dirigió, ni corto ni perezoso, a las zonas más nobles, estacionando el vehículo en la plaza asignada al presidente. La ocurrencia causó tal jolgorio entre sus compañeros, que a partir de ese día apodaron ‘presidente’ al marfileño.
Independientemente de si la anécdota es cierta o no, dice mucho del fuerte carácter de Kessié. Un jugador que llegó a Barcelona con el argumento de que el Barça necesitaba un perfil diferente de centrocampista, quizás más físico y visceral. Sin embargo, con el paso de los días, los efectos del emborrachamiento general ante el descomunal proyecto deportivo que han elaborado Joan Laporta, Mateu Alemany y Xavi Hernández, se ha visto sesgado por el pobre rendimiento de este jugador.
Ahora mismo se puede afirmar, sin ningún rubor, que es el peor fichaje de la era Xavi, incluyendo también los refuerzos que vinieron en el pasado mercado de invierno. Su lectura del partido es pésima, sus movimientos erráticos, su presencia intermitente y su aportación, más que discutible. Si a alguien le preguntan a qué juega Kessié, se hace muy difícil explicarlo con un poco de sentido común: su juego es simplemente un despropósito para el ADN blaugrana.
Xavi no ha utilizado nunca a Kessié en uno de los partidos grandes que ha jugado el Barcelona hasta ahora (Real Sociedad, Sevilla o Bayern de Múnich), consciente quizás de sus muchas limitaciones. A día de hoy se ha empeñado, en las pocas ocasiones que ha tenido, en utilizar más las manos y los codos que la cabeza, con un resultado inevitable: va a tarjeta amarilla por partido.
Es cierto que aún es muy pronto para etiquetar a un jugador y que no todos pueden ser Lewandowski --sólo ha necesitado unos pocos partidos para convertirse en el abanderado y líder absoluto de este Barça--, pero, quien más o quien menos, esperaba algo más de un jugador que venía con el glamour de ser uno de los puntales del Milan ganador del Scudetto.
A favor de los responsables del Barça, destacar que el jugador vino con la carta de libertad bajo el brazo, por lo que si finalmente no acaba funcionando, los daños colaterales en las arcas del club serán mínimos. Pero está claro que a día de hoy es el gran borrón de una dirección deportiva que ha demostrado acertar más que Stephen Curry con los triples.
Eso sí, veremos si el bueno del 'presidente' Kessié se atreve un día a llegar al Camp Nou y estacionar en la plaza de Joan Laporta. Quizás la próxima vez que acuda al coliseo blaugrana sea ya en globo…