El FC Barcelona tiene una urgencia. La repentina marcha de Munir al Sevilla, dejando la pobre cantidad de 1,05 millones de euros en las arcas del Barça, precipita ahora la búsqueda de un delantero para cubrir la vacante que deja el hispano-marroquí.
Valverde confirmó este sábado en rueda de prensa que la prioridad es fichar al Murillo de turno. Es decir, un futbolista barato y experimentado que conozca la Liga y se adapte lo antes posible a la competición porque le tocará jugar principalmente en los dos torneos españoles.
Están saliendo muchos nombres a la luz, entre ellos el del periquito Borja Iglesias, cuya cláusula de rescisión es de 28 millones de euros. Sin embargo, el Barça parece apostar por un perfil más bajo y mucho más barato. Sergi Enrich, por ejemplo, acaba contrato con el Eibar en 2019.
Desde la directiva del Barça, sin embargo, son mucho más ambiciosos: quieren a Morata. El ex jugador del Real Madrid va como loco por salir del Chelsea y encontrar minutos en la liga española. Su principal pretendiente es el Atlético de Madrid pero, ¿puestos a traicionar su pasado, por qué no hacerlo a lo grande?
En el Barça, más de uno, y de dos, estarían encantados de dar en los morros a Florentino Pérez fichando a uno de sus descartes, formado en La Fábrica. Sin embargo, el precio es demasiado elevado. El Chelsea pagó 66 millones por él hace tan solo un año y medio.
La fórmula más conveniente sería contratarlo temporalmente a través de una cesión, lo mismo que pretende hacer el Atlético. Parece que al delantero le tira más el Metropolitano porque dio sus primeros balonazos al balón en la cantera colchonera.
Un servidor es de la opinión que los merengues, cuanto más lejos del Barça, mejor. Sin embargo, es cierto que a nivel de calidad, Morata puede ser de las mejores alternativas si Luis Suárez se lesiona o simplemente necesita descanso. Los experimentos con Dembelé, Coutinho, Malcom y Arturo Vidal ya se vio en el Ciutat de Valencia que... mejor dejarlos para los entrenamientos.
Otro nombre que deslizan desde la directiva es Stuani, el killer del Girona y compatriota de Luis Suárez cuya cláusula de rescisión es de 20 millones de euros. El problema es la edad: el uruguayo ya tiene 32 años. Pagar esa cifra por un jugador en el ocaso de su carrera podría comportar un aluvión de críticas a la directiva. Aunque no debería obviarse que lleva 11 goles en Primera.
Incluso se habla de Fernando Llorente, a quien Valverde conoce bien, pero parece más cerca de cerrar su regreso al Athletic Club. Tampoco habría que descartar al canterano Abel Ruiz, jugador del filial que ha pasado por todas las categorías del fútbol base. Tiene 18 años y apunta maneras, aunque ahora mismo está lesionado... ¡Menudo rompecabezas!
Muchos nombres sobre la mesa pero muy poco convincentes. La dirección deportiva mira especialmente en la Liga, aunque no pasará por alto otros mercados. Está claro que debe llegar un nueve antes del 31 de enero. Y en la directiva lo tienen claro: el preferido es Álvaro Morata.