Otra vez. Ousmané Dembelé apenas duró cinco minutos en el verde de Balaídos y estará de baja entre tres y cuatro semanas con una final de Copa del Rey a la vista y una posible de Champions que se certificará, o no, este martes ante el Liverpool.
Dos fechas muy señaladas que ponen en duda a un jugador llamado a marcar época en el Barça pero que le dejan retratado. Evidentemente, él es el primero que quiere jugar. Una lesión no es plato de buen gusto para ningún deportista, pero Dembelé es un caso a parte. Ya van seis con el Barça desde que llegó el verano de 2017 y, a excepción del esguince de tobillo sufrido contra el Girona, todas han sido musculares.
Son lesiones propias de un velocista como el francés que sufre en exceso de los isquiotibiales, pero que apuntan a otros factores externos que preocupan en el club --como la mala alimentación y un trastorno del sueño provocado por sus noches enganchado a los videojuegos-- que todavía no han sabido solucionar. Hábitos de un chico de 21 años que todavía no ha entendido que es futbolista profesional y que se debe a una entidad.
Coutinho, encantado
Es una forma de hablar y el brasileño no se alegra del mal de ningún compañero, pero sus ausencias han acabado beneficiándole. Valverde tenía un bendito rompecabezas que resolver a principio de temporada. Carioca o francés para acompañar a Messi y Suárez, y cuando mejor estaban los dos, el brasileño cayó lesionado. Fue el momento de Dembelé que le devolvió el favor a Coutinho. Lesión de tobillo y posterior desgarro muscular. Una lesión que, con lo ocurrido en Balaídos, es la tercera de la temporada en la misma zona. Preocupante.
Coutinho ha mejorado a base de minutos y de una confianza ciega de Valverde en su calidad, pero a nadie se le escapa que con Dembelé disponible el escenario hubiera sido totalmente distinto. Ha dado síntomas de mejora, pero ante el Liverpool en el Camp Nou, Cou pasó desaparecibido. Sumó poco en ataque, defendió menos y tan solo dejó regates y pases de gran calidad. Muy poco para un jugador del que se espera más y que tenía el aliciente de la Champions y su exequipo enfrente.
Coutinho supera a Joe Gómez durante el Barça-Liverpool / EFE
El 7 azulgrana volverá este martes a la que fue su casa durante cinco años. Otro aliciente más para ser titular en el tridente ofensivo. Valverde deberá gestionar los egos. Arthur ya se quedó sin jugar la ida y Arturo Vidal no pinta que vaya a sentarse en el banquillo dada la necesidad de su garra en partidos como este.
La apuesta es clara. 4-3-3 en ataque para que Coutinho dibuje el 4-4-2 en defensa, o Arthur para mantener la posesión y Coutinho al banquillo. Independientemente de la decisión, Dembelé le ha regalado la titularidad a Coutinho lo que resta de temporada, por poco que sea. Una oportunidad única para el brasileño que puede acallar a sus detractores y convencer de su continuidad la próxima temporada. Un regalo no previsto del que solo se beneficia Coutinho y que tiene en vilo a gran parte del barcelonismo.
Ahí está su enésima oportunidad. Y algunos, todavía confiamos.