El pasado 8 de marzo, el Horta disputó su último partido de la temporada, de momento. Fue contra el Banyoles y quedaron empatados a cero. Desde entonces, este club intenta luchar y plantar cara al coronavirus, ahora desde la faceta económica. Su presidente, Paco Carmona, se lleva las manos a la cabeza, y con razón, sobre la gestión de esta crisis: "Menos los que están en play-off, los de Segunda B y Tercera parece que no pintemos nada". Y mientras ven al Barça y los grandes equipos volver al trabajo, estos clubes modestos siguen a la espera de una respuesta que les ayude a saber cómo salir de esta situación. Clubes que dependen de la Federación Española de Fútbol, desligados del gran negocio de las televisiones y a los que el gobierno español se limita a mandar palabras de ánimo pero nada más a la práctica.
Y pese a todo, no pierden la esperanza. El último gran ejemplo es el fichaje de Víctor Valdés para el banquillo del Horta. El trato se ha cerrado en una única llamada. Valdés se comprometió a seguir trabajando por su cuenta hasta que pueda incorporarse al trabajo y tiene un único objetivo que ha dejado claro: volver a demostrar que es un buen entrenador y sirve para ello. Por eso, pese a que todavía no hay nada firmado, le debe traer sin cuidado el tener un presupuesto limitado. La temporada pasada fue de 95.000 euros, si llegaba, y la que viene, tal como recuerda Carmona, aún será más bajo: "Los recortes por el coronavirus se notarán".
Pero esto no es lo prioritario para un Valdés que viene con ganas de sacarse la espinita, el mal sabor de boca con el que se marchó de las categorías inferiores del Barça. Tenía otras ofertas, especialmente en Madrid, pero el Horta le ha convencido porque prefiere vivir en Barcelona. Al final, las casualidades existen y la relación entre este club y el exguardameta se debe a amigos y conocidos que tiene con el presidente Carmona.
Otra cosa que le seduce es que aquí tiene un papel en blanco para hacer lo que le apetezca: vendrá con su staff técnico personal y tendrá la potestad para fichar y echar a los jugadores que quiera. De la plantilla actual del Horta, apenas conoce a cinco o seis jugadores y quiere tener contacto con todos ellos para decidir. Carmona lo tiene claro: "Los entrenadores aquí siempre tienen libertad de movimiento, después la directiva lo aprueba y siempre lo revisamos". No hay secretario técnico ni director deportivo y esto seguro que es un gran alivio para Valdés si recuerda su pasado más reciente en can Barça... ¿Quién sabe el futuro que le depara a Valdés en el Horta? Las facilidades las tiene, y las económicas no las necesita. Además, viendo el precedente, es consciente de que tendrá un buen escaparate. El anterior entrenador del Horta, Nacho Castro, se marchó al Andorra de Piqué justo el pasado mes de febrero.