En mi humilde opinión, considero que los periodistas debemos explicar el porqué de las cosas, más allá de la noticia. Lo que pasó ayer con el once azulgrana ante el Guadalajara es un ejemplo de lo que quiero explicar. Desde la emisora RAC1, horas antes, se aseguró y juró que Hansi Flick ponía en la portería a Sczesny. Precisamente, por esta noticia, desde dentro del club se persiguió al chivato en cuestión y, en última instancia, el míster hizo un giro de volante y puso a Ter Stegen. Sin dar lecciones de nada, la noticia se debería haber centrado en por qué Hansi quiere a uno y al otro no. Y ya, de paso, evitar caer en errores muy fáciles de no cometer.

Sea como sea, lo de ayer fue una cosa totalmente condicionada por los intereses del club y la directiva. Flick no tiene la potestad absoluta para evitar que Lamine juegue un partido tan vulgar como este de Copa y tampoco es el amo y señor para decidir el guardameta.

Entre tanto, hay un lío montado del portero alemán con la directiva que no se resuelve desde verano. Por un lado, el Barcelona le puede condicionar su rendimiento deportivo, ya que Ter Stegen necesita promocionarse y ejercitarse para aspirar a ser el guardameta de la selección alemana. Por otro lado, él mismo ha demostrado que no piensa renunciar a lo que es suyo y su parte económica la lucha con uñas y dientes. La vida se trata de sacrificios. Y algunos, por ambas partes, se deberán hacer. A Ter Stegen todavía le quedan tres años más de contrato y, pese a quien le pese, él considera que el dinero es igual o todavía más importante que sus logros deportivos. El pulso está tomado y se trata que nadie acabe saliendo quemado de la situación.

Entre tanto, Ter Stegen decidió hacer un reset en la Cerdanya, donde pasa largas estancias de fines de semana que parecen no terminarse. Se refugia de una ciudad, Barcelona, a la que tanto quería e incluso quería disfrutar como uno más yendo en metro, arriba y abajo. Quizás la Cerdanya, por una cuestión de cercanía y provincia, le queda más cerca de Girona, donde Míchel está desesperado y un portero de su talla sería toda una bendición.