La expulsión de Ronald Araujo por una entrada tan fuera de lugar como incomprensible, es la imagen que resume el fracaso de un jugador que sigue muy lejos de poder triunfar en el Barça. Sus condiciones futbolísticas y su concentración están muy lejos de poder dejar huella en el club. Araujo volvió a quedar señalado en una gran noche europea como ya ocurrió contra el PSG o el Inter. Su presencia en  los partidos de máxima exigencia se ha convertido en un riesgo totalmente innecesario.


Pero Araujo no fue el único. El equipo en general ofreció una versión demasiado pobre y se vio superado por la intensidad de un Chelsea que presentó sus credenciales al título. Pero por encima del desastre colectivo, creo que hay otros dos nombres que no están ofreciendo el nivel necesario. Se trata de Jules Koundé y de Frenkie de Jong. El primero es demasiado irregular en defensa y el segundo es incapaz de imponer el ritmo que se le exige en medio del campo. En demasiadas ocasiones, Araujo, Koundé y De Jong son un hándicap para el equipo y si los tres se juntan en un mal día el desastre se convierte en tragedia.


La dolorosa derrota del Barça en Stamford Bridge volvía a poner de manifiesto la fragilidad del equipo en defensa y la Pedridependencia en ataque. La sensación por ahora es que esta temporada el equipo ni defiende, ni ataca, y sobre todo no compite como lo hacía el pasado curso.  

Mbappé tapa las vergüenzas 

La victoria del Madrid en el campo del Olympiakos dejó a los blancos un sabor tan extraño como revelador. Los cuatro goles de Mbappé, el hombre que sostiene al equipo semana tras semana junto a Courtois, volvieron a tapar las grietas defensivas de un Madrid que ya no son anécdota, sino tendencia. Contra un rival claramente inferior, los de Xabi Alonso volvieron a conceder demasiados goles y demasiado fáciles, lo que también es incompatible con las aspiraciones de un gigante en Europa.


Cierto es que las críticas hacia el técnico madridista se apagarán durante unos días. El resultado le permite tomar aire, pero el juego no le acompaña. La temporada es muy larga y a Xabi Alonso no le bastará solo con los aciertos y genialidades de sus figuras. En el Madrid, como en todos los grandes clubes, los marcadores son imprescindibles, pero no suficientes.


Espero que Míchel haya tomado nota. El Madrid visita el domingo Montilivi y, si las cosas no cambian radicalmente de la noche a la mañana, el Girona debería ser valiente e ir a buscarlos arriba y jugarles de tú a tú. Elche y Olympiakos han marcado el camino y ahora, el Girona, debe aprovecharlo.