Raphinha se entrena con el resto del grupo FCB
"Es brasileño". Esta era la conclusión, clara y rasa, que daban de Raphinha cuando volvió de un parón por selecciones, lesionado y enfadado con la selección argentina. Y mi respuesta siempre ha sido: "Sí, como Romario o Ronaldinho". Pero tienen magia, aura y un destello que, en momentos cruciales, puede marcar las diferencias. No tan solo para el partido, también por las dinámicas de sus compañeros.
Es evidente que si Hansi Flick pudiera tener un poco más de nivel en ataque que el ofrecido por el saldo de Rashford, un Ferran Torres intermitente, un Lamine lesionado y un Robert apurando sus últimos días antes de la jubilación, la ausencia del brasileño no se notaría tanto. Pero las evidencias hacen que cualquier retorno, aunque sea tímido, pueda ser muy importante. Hoy, con el regreso dela Champions, es un buen momento para tener en cuenta las sensaciones del equipo, porque una cosa es la Liga y otra ir por Europa y no hacer pena.
Sí, es verdad. Raphinha también tiene aquel punto de imprevisibilidad que marca el ADN de los jugadores brasileños. También le gusta la fiesta, mata y llora de forma metafórica por su selección y no es un modelo a seguir en su día a día para llegar a una óptima recuperación. Pero es evidente que cuando lo ficharon, todo esto ya sabían que iba en el pack. También que, con una familia, ha encontrado una estabilidad y unas ganas de ser referente en un club que estaba en la lista de sus propósitos cuando era adolescente.
Bienvenido Raphinha, Hansi te necesita más que nunca para ser un revulsivo dentro y fuera del campo. Pese a ello, el delantero también es un buen puente de enlace entre la frialdad del míster alemán y el temperamento de los jóvenes de casa. Y se ha ganado ser uno de los referentes de esta época azulgrana.