Entrenamiento primer equipo del Barça en el Camp Nou Barcelona
El Barça aparcó el viernes, por unas horas, su permanente estado de combustión y disfrutó de un curioso e insólito estreno del nuevo Camp Nou que demostró hasta qué punto sigue vivo el ánimo genuino del club. Pocos turistas, muchos aficionados locales y más socios poblaron la grada para descubrir el nuevo aspecto de su casa.
En pocas semanas, se supone, el equipo de Flick debutará en el recinto con los poco más de 21.000 socios que adquirieron el pase de temporada y en algunos meses (desde el club se suspira con confirmar febrero) las 45.000 localidades abiertas del primer momento se ampliarán hasta, aproximadamente, 62.000. Y ese será el momento, el primer momento, para que el socio del Barça demuestre hasta qué punto está al lado de su club, más allá del equipo.
Se supone que en ese instante la directiva de Joan Laporta, con Elena Fort al frente, reabrirá la opción de adquirir pases para el resto del curso dando prioridad a los abonados y a los socios por encima de hinchas foráneos. Con un precio, se entiende, menor al pagado por quienes ya lo obtuvieron y con la misma ventaja de poder pagarlo de forma fraccionada.
Aquellos que excusaron su presencia en Montjuïc por lo que consideraban una excursión y prefirieron acogerse a la opción de congelar sus abonos deben ahora tomar la palabra y prepararse para lo que vendrá. Si es que, claro, no quieren que el Camp Nou se asemeje a un parque temático similar al que tantas veces ha parecido Montjuïc.
La vicepresidenta Fort aseguró el viernes que el club tiene en su poder un estudio según el cual "la media de ocupación de socios roza el 75 por ciento en el Estadi Olímpic Lluís Companys", una afirmación ciertamente osada y atrevida... Y que deja en el aire la duda de lo que pueda ocurrir en el Camp Nou, donde la directiva mantiene la intención de que se mantengan "los 83.000 abonados porque esa es la esencia del club".
La pregunta es, será, cuántos de esos 83.000 abonados, o de los aproximadamente 65.000 que no tienen ahora pase, darán un paso al frente cuando se amplíe la capacidad del Camp Nou hasta las 62.000 localidades, atendiendo a que habrá unas 40.000 que deberá el club dividir.
"Hay gente que viene de fuera y quiere comprar" explicó, sutilmente, Elena Fort. Es la manera que tiene el club, ya, de avisar que el socio no tendrá precisamente facilidades para ser amplia mayoría en ese Camp Nou que acabe la temporada con las dos primeras gradas abiertas al público.
Claro que de la misma forma que en 2023 la protesta generalizada por los altos precios que puso la junta en Montjuïc provocó su rebaja, ahora será el momento en que esos mismos socios den un paso al frente y obliguen a la directiva a maximizar la prioridad para que el Camp Nou sea de nuevo la casa del barcelonismo militante, del de siempre, y se aleje todo lo posible de una simple atracción más para los turistas.
Por más dinero que ello signifique y por mucho dinero que, sí, necesita el club, será el momento preciso para que el socio tome la palabra y evite que el nuevo Camp Nou pierda la esencia de la historia.