Joan Laporta y Florentino Pérez en un montaje Culemanía
Una de las frases de cabecera de Javier Tebas, presidente de LaLiga, es que “Florentino nunca pierde”. Y, una vez más, se cumple la profecía. El Villarreal-Barça no se jugará en Miami, sino en La Cerámica.
LaLiga lo justificó debido a “la incertidumbre generada en España durante las últimas semanas”. La patronal lleva semanas luchando contra todos los actores del panorama futbolístico con tal de llevarse el partido a Estados Unidos. Primero se enzarzó con los futbolistas: los jugadores pararon el inicio de todos los encuentros de Primera, una iniciativa instigada por la AFE. Segundo, contra las confederaciones: la UEFA se mostró reacia a la disputa del encuentro, y Conmebol y Concacaf dijeron: “¿Qué hay de lo mío?”.
Tampoco lo veían claro los clubes de Primera, que consideran que se altera la competición. Y, por supuesto, se opusieron las aficiones, a las que les birlaban un partido desde la grada de su casa.
Pero la realidad es que ninguno de estos actores fue quien se cargó la celebración del partido. La “mano blanca” que denunció Laporta en la asamblea del pasado domingo es la que mece la cuna y el fantasma que ha hecho caer el proyecto estrella de LaLiga.
Florentino llevó la iniciativa a los juzgados, y el Consejo Superior de Deportes todavía no se ha pronunciado al respecto, a pesar de que las entradas salieron ayer a la venta. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, afirmó que el Ejecutivo no secundaba la iniciativa y postergó la decisión hasta que llegó la cancelación.
Pero, en realidad, ha sido Relevent, el promotor del encuentro en Florida, quien se ha tirado de la moto. Da la casualidad de que Relevent es, además de socio de LaLiga, el encargado de organizar los Clásicos de pretemporada entre el Barcelona y el Real Madrid. Relevent ha tenido que elegir entre el Madrid y LaLiga, y es evidente que los Clásicos de verano son la gallina de los huevos de oro de la empresa organizadora. Florentino le ha ganado esta batalla a Tebas asfixiando a su socio en el continente: Relevent.
A la guerra sin cuartel entre el Madrid y LaLiga ahora hay que sumarle un nuevo elemento: el abrazo entre Laporta y Al-Khelaïfi en la asamblea del European Football Club. El presidente azulgrana ha dejado más solo que la una a Florentino en el barco de la Superliga.
La mano blanca amiga se ha convertido en una mano negra y afilada. Durante los últimos cinco años, Florentino ha sido un buen aliado de Joan Laporta. Ayudó al Barcelona a activar palancas con el fondo de inversión Sixth Street. Dicen las malas lenguas que también llamó al CSD para agilizar la cautelar a Dani Olmo el pasado mes de enero. Donde antes había un flotador, ahora hay una piedra de 20 kilos atada al tobillo.
Florentino seguirá sin poder aparcar en el Bernabéu —el TSJ ha tumbado la construcción del párking del estadio—, pero sí ha podido aparcar el partido de Miami. Tebas tiene razón: Florentino (casi) nunca pierde.
