La Masía de oro

Aitana Bonmatí ha conseguido su tercer Balón de Oro esta semana en la gala de France Football y la UEFA, celebrada en París, quizás la edición más complicada y difícil de predecir, ya que Mariona Caldentey bien podría merecer este trofeo.

Más allá de que lo haya ganado la actual mejor jugadora del mundo, este es el quinto Balón de Oro que se lleva la Masía en categoría femenina de forma consecutiva, sumando los dos anteriores que ya tenía la propia Aitana y los dos de Alexia Putellas, una hazaña a la que no se le da la suficiente importancia.

Igualmente, Mariona Caldentey también ha formado parte de la mejor academia de fútbol del planeta, la segunda clasificada de la edición, o igual que Lamine Yamal, que ocupó la misma posición en la categoría masculina y se llevó por segunda vez el trofeo Kopa al mejor jugador joven del año, categoría a la que también estaba nominado Pau Cubarsí.

No se le da la relevancia que merece, pero la Masía no para de sacar talento y convertirlo en oro puro, no en vano el mejor jugador de todos los tiempos Leo Messi, también formó parte de una generación de oro de la cantera blaugrana, el jugador más laureado del fútbol, tanto a nivel colectivo como individual.

Evidentemente estamos ante un deporte de equipo, donde lo más importante son los logros colectivos y no los individuales, pero no se le está dando la relevancia que merece ver que año tras año la Masía y sus jugadores están copando puestos de mucha importancia en trofeos como el Balón de Oro, el Golden Boy, el Kopa o cualquier reconocimiento individual, con jugadores como Lamine Yamal, Aitana o Alexia como grandes reclamos de estos eventos y del Barça en general.

Hoy el Barça se encuentra inmerso en un proceso de profundo cambio, con la grave crisis económica por la que atraviesa el club y las obras del Camp Nou, que deben proyectar el campo y los ingresos de la próxima década, donde la Masía se ha vuelto a erigir como el gran salvavidas del club, el emblema que ahora brilla con luz propia tras una apuesta arriesgada, pero necesaria que siempre ha estado allí.

Puede pasar desapercibida en algunas etapas, pero realmente la Masía siempre está, y los grandes equipos del Barça que han marcado una etapa cuentan siempre con un importante número de sus jugadores de la casa, que llevan el rumbo del equipo y le ponen el corazón y un adn muy marcado.

Será importante recordar todo esto cuando lleguen etapas de bonanza económica a fin de evitar nuevos despilfarros en fichajes que al final, no mejoran lo que ya tienes en la cantera, y recordar siempre lo que es una apuesta segura, aquella que nunca falla y siempre está a la expectativa, preparada para sacar nuevos talentos y la nueva horneada de jugadores jóvenes que marcarán una etapa en el fútbol mundial.

Seguramente cuando Josep Lluís Núñez pensó y construyó la cantera blaugrana no pensaba en todo el gran talento, potencial y la dimensión que esa idea llegaría a comportar, pero ha sido la mejor inversión de todos los tiempos, tanto a nivel futbolístico como humano.

No existe un trofeo a la mejor cantera del mundo, pero sin ningún género de duda, este Balón de Oro es y será siempre para la Masía.