Vitor Roque ya forma parte de la historia negra de fichajes del Barcelona. El delantero hizo un erasmus pagado a precio de oro por el Barça, que empata en el aspecto económico (recupera la inversión y no acumula pérdidas). Pero la que fue la primera apuesta de Deco como director deportivo del Barça ha resultado un fracaso estrepitoso en clave deportiva.

El futbolista llegó a Barcelona en enero de 2024 con un currículum apto para opositar a cualquier gran equipo de Europa: 21 goles y ocho asistencias en 45 partidos, con tan solo 18 años. Sus registros avalaban una inversión como la que se hizo el Barcelona en su momento: 30 millones fijos más 31 en variables.

El ariete llegó a la capital catalana tras una lesión de tobillo y sin ritmo competitivo pero rápidamente se metió a la gente en el bolsillo por su entrega y por su puntualidad goleadora. Metió dos goles en los primeros encuentros y, tras un tanto y una expulsión injusta ante el Alavés, desapareció por completo de las alineaciones.

Su entrenador, Xavi, consideraba que no tenía nivel para jugar en el primer equipo del Barcelona y la temporada acabó con el ocaso del Tigrinho, pese a demostrar en sus primeros zarpazos una notable puntualidad con el gol.

Xavi dejó de ser entrenador del Barça y Vitor Roque estaba empeñado en convencer al nuevo técnico, Hansi Flick, durante la pretemporada. Pero, sorprendentemente, la decisión sobre su futuro ya estaba tomada en mayo: no iban a inscribir a Vitor Roque para la próxima campaña.

Aquella fue una decisión incomprensible. La primera apuesta de Deco como director deportivo tuvo menos de seis meses de crédito. Además, el jugador sufrió un abandono preocupante en el club. Tuvo problemas con la vivienda cuando llegó a Barcelona. Solucionado el primer escollo, el futbolista nunca entendió por qué nadie de la dirección deportiva habló con él durante su periplo en Sant Joan Despí, ni para bien, ni para mal.

Vivía acogotado cuando entraba en la Joan Gamper e incluso tenía miedo de pedir entradas para sus compromisos, algo habitual en la intendencia diaria de los futbolistas. Tigrinho le trasladó a su familia que "el sueño del Barça se había convertido en una pesadilla". Fue entonces cuando apareció el Betis y se encontró una solución a sus problemas, en forma de cesión con opción de compra.

La media temporada que pasó en Sevilla fue positiva. Era titular y llevaba siete goles en media campaña. Sin embargo, el conjunto verdiblanco apostó por fichar a otro delantero, el Cucho Hernández, por el que pagó 13 millones de euros, la mitad de lo que vale Vitor Roque.

Cuando el brasileño supo que no iban a ejercer la opción de compra para quedárselo en propiedad aceptó una propuesta para volver a Brasil, ya que consideraba peligroso para su carrera encadenar varios años cedido de un club a otro.

En total, Vitor Roque estuvo un año en La Liga. El equivalente a una temporada completa, media en el Barça y otra media en el Betis. En 2024, el brasileño anotó nueve goles. Unos números más que aceptables para un delantero de 19 años en pleno proceso de adaptación.

Vinicius, en sus tres primeras temporadas, anotó 4, 5 y 6 goles en 36, 38 y 49 encuentros. Rodrygo Goes, en sus primeras campañas, anotó 7, 2 y  9 tantos en 23, 39 y 49 partidos. En definitiva: Vitor Roque ha anotado en su única temporada en La Liga más goles que Vinicius y Rodrygo en sus tres primeras campañas en el Madrid.

Desde que Neymar eligió jugar en Barcelona, rechazando un cheque en blanco de Florentino Pérez, el Real Madrid ha apostado obsesivamente por el mercado brasileño. Durante años ha perseguido todas las operaciones que monitoreaba el Barça para ofrecer más dinero y robarle a los futbolistas.

En los despachos de Chamartín saben que el nuevo fútbol va encaminado a fichar talento joven de los principales países exportadores como Brasil. Pero esta política de fichajes requiere tranquilidad, confianza y paciencia en los jugadores que se firman. Otro ejemplo claro es el de Eder Militao, que llegó al Madrid con 19 años y jugó solo 15 partidos en sus dos primeras temporadas. Fue durante la tercera campaña cuando empezó a despuntar y se hizo un hueco en el equipo titular. En el Barça lo habrían echado a las primeras de cambio.

Resulta imposible hacer fichajes a tres años vista en el Barça. El ruido, la crítica exagerada, la presión mediática, las guerras cahinitas dentro del club y la histeria colectiva que impera en el ambiente condiciona a los nuevos fichajes y empequeñece y devalua a los futbolistas, que necesitan tranquilidad y tiempo para demostrar su valor. Vitor Roque es el último muñeco roto del Barça. Sus números desmienten el mantra de jugador paquete que se ha instalado a su alrededor. Su traspaso a Palmeiras por más de 25 millones de euros, el más caro de la historia de América, también. Pero desgraciadamente, Roque es la última víctima de la toxicidad de este club y su sueño se convirtió en pesadilla.