Los dirigentes del club azulgrana están empeñados en no salir del círculo vicioso en el que están instalados. Después de 4 años de mandato, han demostrado su incapacidad absoluta para estabilizar la economía del club. En enero alcanzaron la regla del 1-1 del Fair Play financiero de la liga. Pero no lo hicieron gracias a la consecución de nuevos ingresos, lo que supondría aumentar el patrimonio del club, sino a una nueva venta de activos. Es decir, con una venta de patrimonio del club del que ya no dispondrá en los próximos 30 años, en este caso los derechos de 475 butacas VIP por 100 millones de euros.
Esta adjudicación, más los ingresos por la renovación del contrato con Nike para los próximos 14 años, debía ser la solución para acabar con las restricciones de la Liga y poder fichar e inscribir a jugadores con normalidad. Pues resulta que ahora, en febrero, solo un mes después, el Barça vuelve a estar sin margen salarial y no puede inscribir la renovación del contrato de Iñigo Martínez. Por tanto, utilizando las mismas palabras que usó Laporta en su última rueda de prensa, el club vuelve a "estar intervenido". Y lo está por la mala gestión de sus dirigentes que, en lugar de aplicar una política de austeridad, son muy generosos con sus comisionistas de cabecera. Han pagado 50 millones de euros a Darren Dein por el contrato de Nike, que ya se llevó otra millonada por el contrato de Spotify. Dos comisiones que nadie entiende y que ningún presidente del Barça había pagado antes para cerrar acuerdos de patrocinio. ¿La Marca Barça no es suficientemente potente como para contactar y negociar directamente con sponsors que se mueren de ganas por asociarse al mejor club del mundo?
No es que los ejecutivos del departamento comercial del club no sean competentes, es que Laporta los ningunea y cierra sus tratos ocultos personalmente con empresas que no están a la altura del club. A sus propios directivos les dijo en julio que estaba negociando la venta de los palcos VIP a Legends, empresa reconocida en el sector, y luego les engaña cerrando el trato, sin pasar por el cepartamento comercial, con una empresita de reciente creación, New Era Visionary Group (NEVG) que no tiene empleados, ni infraestructura, ni clientes. Y la directiva engaña también a sus socios y aficionados anunciando en un comunicado que ha escogido esta misma empresita (NEVG) como operador oficial de telecomunicaciones del club asegurando que es "líder mundial en conectividad e integraciones" cuando en el mundo mundial no la conoce nadie. Y el compliance del club, Sergi Atienza durmiendo la siesta.
Resulta que el Barça vuelve a estar sin límite salarial por la generosidad innecesaria de Laporta, que ha empezado una espiral inflacionista de la masa salarial con mejoras de contrato precipitadas porque esta plantilla ilusionante todavía no ha empezado ningún gran ciclo ganador de títulos que las justificasen. El ejemplo es Pau Cubarsí, cuyo rendimiento es fenomenal. Pero eso no justifica que se le hayan hecho dos mejoras de contrato en solo 7 meses. En mayo de 2024 se le mejoró el contrato hasta junio de 2027 y con una cláusula de 500 millones. Y en febrero de 2025 se le ha hecho otra mejora de contrato hasta 2029. No había tanta prisa por mucho que el primero lo firmara con 17 años y el segundo con 18, edad en la que puede comprometerse por muchos más años. Se podría haber aguantado un año más con el salario contenido, teniendo en cuenta la economía del club y sabiendo que tenía 500 millones de cláusula.
Lo mismo pasó con Marc Bernal. En julio de 2024 renovó con un contrato de primer equipo mejorado hasta 2026. A los 2 meses, en septiembre, se le volvió a hacer otra mejora. Por mucho que entre medio se lesionara la rodilla, no había ninguna prisa. Y lo mismo con Pedri, Araujo y Gavi. Son jugadores que están dando un gran rendimiento, pero a quienes todavía les quedaban años de contrato. Hacerles una mejora importante y ampliar sus contratos asegurándoles ya muchos más años cuando estamos a mitad de temporada y todavía no han iniciado ningún ciclo ganador de muchos títulos que lo justifique, parece prematuro y precipitado. Y más cuando el club vuelve a estar excedido en su masa salarial. Si ganan liga y Champions, volverán a pedir mejoras.
Laporta ya incrementó la masa salarial en su primera etapa como presidente con mejoras de contrato constantes. Rosell y Bartomeu, con un Messi en la cima del mundo, ya no pudieron parar esa espiral que el club ha acabado pagando muy caro. Ahora, pese a todas las ventas de patrimonio realizadas, ya vuelve a estar sin poder fichar.