Estamos llegando a las vacaciones de Navidad y cuando restan dos partidos de Liga parece que ya podemos afirmar que estamos ante un Barça de dos caras.

Por un lado, en los partidos más exigentes y complicados hemos visto un equipo capaz de plantar cara a cualquiera y candidato a absolutamente todo, consiguiendo grandes victorias contra Bayern, Real Madrid o Borussia, donde no sólo el resultado fue favorable a los blaugranas sino también el juego y el dominio de los de Flick.

En cambio, desde hace algunas semanas, principalmente en partidos de Liga que sobre el papel eran menos exigentes, el Barça no ha mostrado esa solidez que tenía, sino cierta vulnerabilidad, dejándose puntos frente a Celta, Las Palmas, Betis, Osasuna o Real Sociedad; partidos que han provocado dudas entre la afición y el equipo ha sido previsible.

Cierto es que la exigencia es máxima y la motivación juega un papel importante, pero también se ha visto a un equipo cansado en algunos momentos de la temporada en la competición doméstica, con pocos recursos y donde la 'segunda unidad' no ha dado un paso al frente para ser una alternativa real a los titulares.

La victoria frente al Borussia, como ya ocurrió contra el Mallorca, es un soplo de aire fresco para los teóricos suplentes, pero, hasta la fecha, están lejos de ser una alternativa real a los titulares. Han debilitado al equipo cuando han entrado, algo imperdonable para unos jugadores que deberían estar mucho más motivados para convencer a Hansi Flick.

La afición ya ha señalado varias veces a Frenkie De Jong, que incluso ha recibido pitos desde las graderías de Montjuïc. Pero hay varios jugadores más que no están siendo determinantes en los minutos que se les está dando, como serían los casos de Ferran Torres, Ansu Fati, Héctor Fort o Eric Garcia.

Los minutos en el Barça cotizan muy caros esta temporada, aunque es imposible afrontar las cuatro competiciones que los blaugranas tendrán con sólo 14 jugadores de nivel, por lo que debe exigirse más a la segunda unidad si quieren disputarles el puesto a los titulares.

Evidentemente también deberá exigirse más a los titulares, principalmente a Dani Olmo, el teórico titular que menos minutos ha disputado o que menos regularidad ha encontrado, un jugador que debe ser diferencial y que, en caso contrario, tiene a la espera a un Fermín López que cada vez que aparece hace que ocurran cosas, como revolucionar la velocidad del juego o generar peligro.

La victoria balsámica en Champions contra el Bourssia es un punto a favor del banquillo del Barça, pero este brote verde debe tener continuidad y no ser una flor de un día, ya que de esta continuidad depende la temporada que pueda hacer el conjunto blaugrana.

El equipo de Hansi Flick ha obtenido sus mejores actuaciones en la Champions, la competición que más se resistía en los últimos años y donde, con cinco victorias en seis partidos, se está muy cerca de conseguir la clasificación directa para los octavos de final, que ahorrarían al equipo una eliminatoria extra de dieciseisavos, así como un suculento premio en metálico para el club.

El detalle económico no es menor. El Barça ha cosechado ya más de 10 millones de euros por las victorias europeas, donde, además de vencer, ha convencido, por lo que cuesta todavía más de entender las desconexiones que hemos visto en la Liga.

Flick debe encontrar la regularidad en la competición; los jugadores menos habituales deben ir a por todas con los minutos que tengan, y todo el equipo en su conjunto debe entender que las Ligas se ganan en los campos de los rivales 'menos grandes'. Si quieren hacer historia en el club, deben querer ganar aunque el partido sea menos apetecible que una noche de Champions.

Confianza total en el equipo, los jugadores y Hansi Flick, pero un paso adelante entre todos para demostrar que queremos esta Liga; con menos errores. A la vista de los puntos que se han dejado los perseguidores, esta Liga ya estaría sentenciada. Aprovechemos esto para que nos sirva para no dormirnos en los laureles y demostrar al mundo entero que lo queremos todo, queremos ganarlo absolutamente todo.