Los ‘nueves’ clásicos vuelven a estar de moda y el Barça se enfrenta ahora a un momento clave para su futuro: reforzarse con un delantero centro en junio o seguir confiando exclusivamente en Robert Lewandowski una temporada más.


A pesar de sus 36 años, el polaco sigue siendo un goleador de primer nivel con el que el Barça tiene bien cubierta la faceta del gol. Sin embargo, también ha mostrado un bajón en los últimos partidos y, la edad, seguirá pasándole factura.


En este contexto el nombre de Viktor Gyökeres, estrella del Sporting Club de Portugal, ha captado la atención de toda Europa. El delantero sueco, con su fuerza, velocidad y capacidad goleadora, ha sido comparado con Erling Haaland, una etiqueta que habla mucho y muy bien de su proyección. Si el Barça no actúa pronto, es probable que otro gran club se le adelante y lo convierta en una referencia para la próxima década.


No obstante, fichar a un jugador como Gyökeres implicaría una inversión importante que choca con las limitaciones financieras del club. Una opción sería incorporarlo este verano para facilitar la transición generacional, dándole tiempo para adaptarse mientras comparte minutos con Lewandowski. Esto garantizaría estabilidad en el ataque y evitaría tener que buscar una solución de emergencia en el futuro.


El Barça no solo debe pensar en el presente, sino también en asegurar su futuro. Fichar a Gyökeres sería una apuesta inteligente, pero la situación económica del club no lo hace demasiado viable. 

El tiburón derriba el muro amarillo

 
El Barça dio un paso de gigante hacia los octavos de final de la Champions tras una trabajada victoria en el Signal Iduna Park contra el Borussia Dortmund. En un partido de máxima exigencia, el equipo de Flick demostró madurez y solidez, confirmando su recuperación en la competición europea.


La clave de la noche fue Ferran Torres. El delantero valenciano, entrando desde el banquillo en el minuto 70, cambió por completo la dinámica del partido. Con dos goles en apenas veinte minutos, decidió un encuentro que hasta entonces estaba atascado. Su capacidad para resistir las adversidades y las críticas es admirable, y ojalá estos gole,s le permitan seguir creciendo con la camiseta del Barça.


El conjunto blaugrana, segundo a solo 3 puntos del Liverpool, volvió a enviar un mensaje a sus rivales al ganar en un estadio donde nadie lo hacía desde 2021 en competición europea. Este triunfo no solo supone un gran paso hacia la siguiente ronda, sino que también representa un refuerzo anímico para un equipo que necesita seguir espantando fantasmas del pasado en la máxima competición.
 

Y ahora, a centrarse en la Liga

El partido en el Villamarín volvió a dejar una imagen bastante dolorosa del Barça. Con los mismos problemas de las últimas jornadas ligueras, el equipo volvió a demostrar poca solidez defensiva, falta de juego en el centro del campo y pocas ideas en ataque.
Las sensaciones en Sevilla volvieron a ser bastante malas y el resultado, por cómo se dio, aún peor. Un equipo como el Barça, que aspira a ser campeón, no puede permitirse perder puntos en el minuto 94. La situación en la Liga se está tensando, y cada punto perdido es una oportunidad menos para recuperar el terreno. Real Sociedad, Celta, Las Palmas y Betis son los cuatro rivales contra los que el Barça ha dejado escapar puntos en las últimas jornadas, y como mínimo, a cuatro de estos rivales deberías haberles ganado.


Por si esto fuera poco, Flick fue expulsado por primera vez en su carrera. O, mejor dicho, injustamente expulsado por primera vez en su carrera. El alemán va sobrado de elegancia y buenos modales pero esto es la Liga española y ya sabemos que las normas no son iguales para todos. Su frustración también refleja la presión de un Barça que necesita un cambio de mentalidad urgente en la liga.