Ya hemos llegado al mes de diciembre, con Hansi Flick en el cargo y un equipo que va líder de la Primera división, pero pese a estos buenos resultados todavía tenemos que ver como se siguen haciendo ciertas comparaciones que, realmente, no aportan más que morbo y tensión.
Ciertamente la afición blaugrana es una de las más comparativas de la categoría, donde generación tras generación hemos comparado tanto a futbolistas como entrenadores e, incluso, presidentes, una constante dentro del club donde sus protagonistas ya han expresado en reiteradas ocasiones que no aporta nada.
Ha pasado toda la vida: lo hemos visto cuando Xavi llegó al primer equipo, donde le apodaban “el nuevo Guardiola”, o incluso más recientemente con Pedri, “el nuevo Iniesta”, por no hablar de todos los jugadores que se han quedado por el camino porque iban a ser “el nuevo Messi”.
No hacemos ningún favor a estos jugadores cuando ya desde tan jóvenes les buscamos un referente que sea una leyenda del Barça para ir comparándolos en cada momento, porque un jugador que empieza nunca será igual que una leyenda que se retira, ni tampoco debe ser igual.
Iniesta es Iniesta, Messi es Messi y Pedri es Pedri, y cuanto antes aceptemos esta realidad más fácil será para todo el mundo el poder jugar sin la losa de cumplir unas expectativas que otro dejó en lo más alto.
Lo mismo ocurre con los entrenadores, tal vez los últimos años de una forma todavía más radical, principalmente esta temporada, donde las comparaciones entre Xavi y Hansi Flick son una constante que se usa para unos y otros.
Nos hemos pasado estos primeros meses de competición escuchando ciertos reproches a Xavi Hernández vestidos de halagos hacia Hansi Flick, afirmando que con la misma plantilla estaba consiguiendo un juego y unos resultados muchos mejores. Cierto es también que, tras el bache de noviembre del equipo, Xavi Hernández había conseguido más puntos que Flick la temporada que ganó la Liga, los mismos la pasada campaña, cifras que usaron los más pro Xavi para sacar pecho y reivindicar su figura ante tantas críticas.
Vayamos a los hechos prácticos e irrefutables: Xavi llegó al Barça en una situación muy complicada, pagando dinero de su bolsillo para salir de Qatar, y en sus dos temporadas y media consiguió una Liga, una Supercopa, levantar el ánimo de un culer hundido y dar confianza a jóvenes de la Masia como Cubarsí o Lamine Yamal, posiblemente hechos que la historia situará en el lugar que corresponden, pero que merecen un mínimo de gratitud y reconocimiento, sin ir contra nada no contra nadie.
Las decisiones se tomaron y ahora es el momento de Hansi Flick, la maquinaria no para y con el alemán el equipo ha recuperado ciertos aspectos del juego que el barcelonismo anhelaba ver y que hacen que la afición acuda en masa a Montjuïc y sueñe con conseguir éxitos de gran prestigio.
Tampoco quiero olvidarme de Ronald Koeman, héroe de Wembley que llegó al club tras la debacle de Lisboa, con el cometido de hacer limpieza en el vestuario, contando con jóvenes de la casa como Gavi, y que además tuvo que afrontar la traumática salida de Leo Messi que, junto con la huida de Griezmann, mermó el equipo drásticamente.
Tanto Koeman como Xavi y como Flick merecen un gran respeto porque han afrontado un reto mayúsculo en un momento muy delicado, aportando todos ellos ciertas cosas que han ayudado al club a remontar el vuelo y poner los cimientos de un equipo renovado, joven y que dará muchas alegrías al culer.
De nada sirve seguir comparándoles cuando sus situaciones eran muy diversas, ni tampoco resulta cómodo verlos separados en el acto del 125 aniversario del club. Koeman y Xavi son leyendas del Barça que hoy ya no están en el club, pero que siguen contando con el cariño de la afición y su máximo respecto.
Ahora es el momento de Flick, con quién seguimos disfrutando y soñando con grandes éxitos, por lo que siempre es mucho mejor mirar hacia adelante, sin comparaciones, agradeciendo todo el trabajo de los que lo han precedido en el cargo y afrontando todo lo que nos venga a partir de ahora.
Gracias a Koeman y Xavi por su trabajo y adelante con Flick, sin comparaciones y agradecidos a lo que todos han sabido aportar al Barça.