El próximo día 21 los compromisarios del Barça están convocados a una asamblea
extraordinaria con un único punto en el orden del día, que es el de aprobar o no el
nuevo contrato de suministro de material con la firma norteamericana Nike.

No se trata de un contrato cualquiera, sino que es excepcionalmente importante porque, que yo recuerde, jamás el club ha firmado un contrato de 14 años de duración. ¡Cuán lejos quedan los tiempos en que Laporta denunciaba a Núñez por firmar un contrato de solo un año más allá de su mandato! Decía Laporta que hipotecaba el futuro del club y la gestión de su sucesor. Toma castaña.

Volviendo al tema que nos ocupa, sobre ese contrato solo se sabe hasta ahora lo que
en su día pregonó Laporta a los cuatro vientos: que se trata el mejor contrato firmado por un club en el mundo. Y se dio una cifra global de 1.700 millones por 14 años. Hasta aquí todo perfecto.

El primer 'pero' que podemos aportar al respecto es la nula credibilidad que merece el presidente del Barça y no cabe citar ejemplos porque nos llevaría a colapsar la web. Sentada esa premisa, creemos que, además de las explicaciones que se ofrezcan en la asamblea, resulta necesaria la presencia de un alto responsable de Nike para que explique la operación y no quedarnos solamente con la copla de Laporta. Y que no nos salga con la monserga de la 'confidencialidad' para justificar una opacidad total. Para eso no hacen falta convocar asambleas.

Si no aparece el 'señor Nike' confirmando los términos más importantes de la
operación, atendidos los precedentes, será obligado dudar de lo que lo que diga
Laporta, el mismo que, por ejemplo, aseguró a los senadores del club que habían
cerrado el ejercicio 23/24 con 12 millones de superávit, cuando la realidad fue que
hubo 91 millones de pérdidas.

Los términos más importantes a revelar son: si el contrato actual, que vence en 2028, permanece inalterado hasta la entrada en vigor del nuevo contrato; qué parte del pastel se queda el Barça y qué parte se queda Nike (BLM, e-commerce, tiendas en España y extranjero, etc.); cuál es la cantidad mínima fija anual que pagará Nike, sin variables y con variables; en qué consisten los variables; penalizaciones para una y otra parte en caso de incumplimiento; causas de una hipotética ruptura; etc. ¡Ah! Y quienes son los comisionistas y las cantidades que se embolsarán, porque Laporta no da puntada sin hilo.

Toda esa información y más es necesaria para votar sí o no a ese contrato, aunque
huelga decir que se aprobará, siquiera sea porque en las asambleas telemáticas
nadie fuera del organizador controla las votaciones.

Un detalle final es si el contrato quedará avalado bancariamente. Es decir, si habrá
seguridad de cobro por parte del club. Cierto es que Nike tiene una solvencia
contrastada, pero de más verdes en madurado, que dice el refrán. La prudencia
aconseja pagar entre un 2% y un 3%, a cambio de la garantía de cobro.

Esperamos que en esta asamblea no se repita lo que la anterior. O sea, el numerito
de la intervención de Sala Martín, camuflado en una dependencia anexa al Auditorio, para convencer al personal de lo bien que lo hace Laporta.