Esta semana era clave para saber a ciencia cierta si realmente las buenas sensaciones del Barça de Hansi Flick eran reales o si todavía al equipo no le llegaba para las grandes ocasiones. Siete días después los blaugranas no sólo han certificado que han vuelto, sino que han dado un auténtico golpe de autoridad.
Resulta muy difícil que, tras golear 4-1 al Bayern de Múnich y 0-4 al Real Madrid, la afición no empiece a soñar con las cotas más altas y los mejores títulos. Lo que este equipo ha dejado muy claro es que tenemos derecho a soñar y, especialmente, a disfrutar.
El Barça no sólo ha ganado, ha arrollado a rivales de gran entidad como Bayern o Madrid, rivales que los últimos años se habían mofado de los blaugranas. Esto convierte las victorias en algo más que tres puntos. Son sin duda alguna, la representación de sacar el orgullo herido.
Los blaugranas han derrotado al vigente campeón, al que lo tenía que ganar todo arrollando y lo han hecho en su casa, goleando, con la esencia de creer en los canteranos que se están convirtiendo los grandes héroes del peor momento económico del Barça de los últimos años.
Ver a una banda de chavales de entre 17 y 21 años disfrutando sobre el terreno de juego, entonando los cánticos de la afición blaugrana y celebrando con ellos nos recuerda que lo mejor que tiene este Barça es y será siempre la Masía, la mejor cantera de fútbol del mundo. Y que Hansi Flick es el mejor fichaje de este verano.
No olvidemos. Estamos jugando con adolescentes contra los mejores equipos del mundo y, aunque ellos no son conscientes, porque siguen jugando como lo hacían en el patio del colegio, están salvando al Barça, por lo que, si en algún momento llegan errores típicos de juventud, nuestra obligación es apoyarles.
Hace una semana existía un gran debate sobre el sistema defensivo de Flick y sobre si este Barça sería capaz de mantenerlo contra Bayern y Madrid. Hoy podemos afirmar que este equipo no le teme a absolutamente nada y tiene extremadamente claro a qué quiere jugar y que va a pelear por cada balón, intentando anotar en cada jugada.
Marcar 8 goles entre Bayern y Madrid es algo que formará parte de los 125 años de historia. No solo por los resultados sino también por la autoridad mostrada. Aunque, personalmente, también me gustaría destacar el orgullo con el que estos jugadores se han impuesto en Montjuïc y el Bernabéu, las ganas que han demostrado, la satisfacción con la que lo han celebrado y dejar claro que "ser del Barça és el millor que hi ha".
Estamos a octubre y posiblemente todavía sea pronto, pero por un momento dejemos nuestro ADN culé a un lado y disfrutemos de este momento. Saquemos al niño, al adolescente que llevamos dentro que no piensa en las dificultades de esta vida y sí en disfrutarla. La vida es joven como el equipo de Flick y un momento dulce como este bien merece que podamos disfrutar y ser felices.
Veremos lo que nos depara este final de temporada, pero por el momento el camino ya se ha iniciado, igual que decía Antonio Machado, "caminante no hay camino, se hace camino al andar". Este Barça avanza a paso muy firme a una temporada de ensueño, con la Masía como bandera y con un grupo de adolescentes disfrutando y haciéndonos disfrutar a todos.
Los de Flick han ganado con solvencia y autoridad a Müler, Musiala, Sané, Kimmich, Gnabry, Mbappé, Vinicius, Bellingham… Y lo mejor de todo es que parece que les da absolutamente igual, que se atreven contra lo que les venga en el Bernabéu o donde sea, porque este escudo merece ser valientes, enfrentarse a nuestros miedos y demostrar al mundo que el Barça, si alguna vez se había ido, vuelve a estar aquí.
El tiempo dará el valor que merece a estos éxitos, que si no vienen acompañados de títulos a final de temporada tienen el riesgo de caer en el olvido. Pero, aunque esto pase, recordemos siempre que en uno de los peores momentos de la historia del Barça un grupo de jóvenes adolescentes de la Masía, liderados por Hansi Flick, se enfrentó a los mejores equipos del mundo en una semana, contra todo, y salió goleando y devolviendo la ilusión, el honor y el orgullo a una afición que lo merecía.
Hemos pasado por momentos muy difíciles, pero aquí hemos seguido, esperando, porque cuando se tienen las cosas claras, se persiste y se trabaja los éxitos, siempre vuelven.
Para todos los que estuvieron en los malos momentos y también para aquellos que por desgracia ya no están, recordad que somos el Barça y que hemos vuelto. Aunque en realidad nunca nos fuimos porque nunca dejamos de creer.