Simplemente gracias a Andrés. Gracias por tu fútbol, tus valores y por habernos dado tan buenos momentos a lo largo de todos estos años que nos han cambiado la vida. Hemos sido muy afortunados de poderte disfrutar.



Iniesta ha sido un futbolista de clase mundial. Siempre diferencial, siempre con la pelota cosida en el pie, siempre con la cabeza bien alta, siempre flotando por el césped como si de una bailarina de ballet se tratara y, SIEMPRE dispuesto también a echar una mano a sus compañeros y a los rivales.



Rara vez vimos una salida de tono de Iniesta, rara vez le vimos una mala palabra o una mala acción. El manchego ha sido ejemplar dentro y fuera del campo pasara lo que ocurriera a su alrededor.



Iniesta ha sido un futbolista de época al que nunca olvidaremos porque, aparte de por su magia con el balón en los pies, también por ser un referente para los más pequeños gracias a sus valores y todo a lo que ha transmitido a lo largo de los años.



No sé si algún día será entrenador del Barça, tampoco sé si la gente le acabará recordando como uno de los mejores de la historia pero lo que tengo muy claro es que no ha habido, no hay y nunca habrá otro Andrés Iniesta porque Iniesta es irrepetible.

Tranquilísimo 

Con los deberes hechos y esa sensación de superioridad que nos volvió a dejar el Barça, nos marchamos mucho más tranquilos a un nuevo parón de selecciones. El nivel ofensivo del equipo es, sobre todo, el principal argumento de un Barça que transmite muy buenas sensaciones.



A la espera de Dani Olmo, los Lewandowski, Raphinha, Lamine Yamal y Pedri han convertido al  equipo azulgrana en el conjunto más goleador de las grandes ligas europeas. La verticalidad y el juego combinativo se han convertido, de nuevo, en el sello de identidad de un Barça que ha recuperado el hambre.



Nueve jornadas, 24 puntos de 27 posibles y 28 goles a favor. Aún queda mucho por hacer y las notas las pondremos a final de curso pero de momento, en el ecuador de la primera vuelta, los números son excelentes y las sensaciones inmejorables.



Por lo que parece, la que iba a ser la Liga de Mbappé, de Vinicius y del Madrid está siendo la Liga de Lewandowski, Raphinha, Lamine Yamal y del Barça de Flick.



Que lo del Bernabéu sirva para aprender

Todavía queda mucho pero que mucho por hacer para que el Camp Nou esté listo para volver a acoger partidos. Yo, sinceramente, estoy un poco perdido porque el Barça tampoco nos está marcando un camino demasiado claro.



Hace unas semanas el club emitía un comunicado en el que decía que esperaban volver a Les Corts en la segunda vuelta de la Liga, es decir, a finales de enero o principios de febrero. Ahora, cuando ya lo teníamos más o menos claro, Elena Fort, enviaba este lunes un mensaje de optimismo explicando que se está trabajando para volver antes de que acabe el año.



Muchos factores, muchas variables y muchas licencias entran en juego para que se pueda volver, pero yo no soy tan optimismo porque el Barça también se ha curado en salud y ha negociado una prórroga para quedarse en Montjuïc hasta el 31 de marzo.



Realmente, si no miramos los números del ticketing, no creo que sea conveniente tener excesiva prisa por volver al Camp Nou. No vendrá de un mes o dos. El estadio debe tener cara y ojos para volver a acoger los partidos del Barça y, sobre todo, unos mínimos de seguridad para los aficionados. Insisto, todavía queda mucho por hacer y ya no sólo para volver sino para que esté terminado en el 2026. El nuevo Camp Nou será uno de los mejores estadios del mundo y, como tal, tampoco podemos pedir que esté terminado de la noche a la mañana.