Antes del parón de selecciones Hansi Flick recuperó algunos efectivos que se encontraban lesionados, como es el caso de Ansu Fati y el cuestionado Frenkie De Jong.

El holandés debería ser, sobre el papel, uno de los jugadores más importantes de la plantilla, pues se trata de uno de los jugadores mejor pagados y con mayor cartel del equipo blaugrana de las últimas temporadas. Pero la sensación del público no es ni mucho menos esa.

Ciertamente ha crecido la opinión en la masa social blaugrana de que Frenkie De Jong no es el jugador que realmente debería ser en el Barça, un fichaje muy estratégico bajo el mandato de Bartomeu, pero que nunca ha terminado de encontrar su mejor versión de azulgrana.

Desde que aterrizó en Barcelona, muchos hemos soñado en ver aquel jugador que deslumbró en el Ajax de Ten Hag, algo que no ha sucedido. Aunque tampoco hemos visto la misma versión de otros cracks de ese equipo una vez dieron el salto, como fueron De Ligt, Daley Blind, Mazraoui o Van de Beek, entre otros.

Temporada tras temporada desde su llegada en 2019, con cada entrenador y cada cambio de posición, hemos deseado volver a ver la versión del Ajax de De Jong pero a las puertas de 2025 la afición blaugrana ha empezado a perder la fe en el jugador. Su actitud tampoco ha sido la de un jugador que pretende marcar una época.

Frenkie De Jong nunca ha mostrado de blaugrana un nivel elevado, esfuerzo, ni un mensaje autocrítico respecto a su juego o a su incidencia en el equipo, destacando en sus palabras ciertas críticas al juego colectivo, al técnico, posición, o incluso a las críticas de una afición a la que ya le pesa demasiado el coste salarial de uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla y que en ningún momento se ha planteado ninguna reducción como otros de sus compañeros. Al fin y al cabo, está en su derecho.

El Barça necesitaba y sigue necesitando lo mejor de cada uno. En la figura del mediocentro holandés parece que no lo ha encontrado. A menos de dos años para que expire su contrato, la secretaría técnica está obligada a comenzar a plantearse su situación.

De Jong tendrá una última oportunidad a las órdenes de Hansi Flick para recuperar el aura de jugador imprescindible y clave. Si no lo consigue, puede ocurrir que el holandés actúe como tapón a jugadores como Marc Casadó (o Marc Bernal cuando regrese), a los que reste minutos sin justificarlo.

Si esto ocurriera y llegado el mercado de fichajes del verano de 2025, a un año para que finalice su contrato con el club, deberán tomarse decisiones importantes, con el fin de evitar que en 2026 el holandés pueda marcharse libre, tras haber cobrado un año más de su elevada ficha.

No será fácil, pero 2026 es un año de Mundial y ningún jugador que quiera estar en ese escaparate querrá poner en riesgo su participación. El Barça debe mostrarse valiente si llega el momento.

Desde Manchester llegan cantos de sirena de que Guardiola podría querer a De Jong para sustituir al lesionado Rodri, una opción que podría darse en el mercado de fichajes de invierno y que debería ser analizada muy detenidamente por Deco y su equipo.

Es pronto para sacar conclusiones. Lo único que a día de hoy parece claro es que Frenkie De Jong tiene una última oportunidad de convencer al barcelonismo y de que, si alguien tiene que tomar una decisión, ese deberá ser Hansi Flick.