Joan Laporta superó una situación crítica en 2008 con el fichaje de Pep Guardiola. El técnico puso orden en un Barça que se destensó tras ganar la Champions de 2006 y el equipo azulgrana se transformó en una máquina de jugar bien al fútbol y de ganar títulos. Hoy, el Barça también está en crisis, necesitado de nuevos referentes, de un técnico que reactive a un equipo decaído y Hansi Flick puede ser una buena solución. De momento, ilusiona, que no es poco.
Flick es un técnico con un currículo curioso. Más segundo que primero, fue campeón de todo con el Bayern en 2020. Menos exitosa fue su etapa como seleccionador alemán. Los resultados fueron dispares, pero siempre defendió un fútbol atrevido, tan creativo como intenso.
Pini Zahavi, amigo y exsocio de Laporta, representante también de Robert Lewandowski, recomendó el fichaje de Flick, el técnico del Bayern que le endosó el humillante 2-8 al Barça en Lisboa. Y Flick fue la solución ante la imposibilidad de repescar a Pep Guardiola o Luis Enrique. O fichar a Mikel Arteta, el técnico del Arsenal.
Flick es mucho más estricto que Xavi. Y, posiblemente, es mucho más listo que el técnico de Terrassa. No tiene la vinculación emocional que sí tenía con el club su antecesor, uno de los mejores jugadores de la historia del Barça. El alemán sabe marcar las distancias y solo le interesa el rendimiento de su equipo.
El Barça de Flick, ya se vislumbra, será un equipo más directo y vertical que el de Xavi. También será un equipo que presione muy arriba, que corra más, que incordie a los rivales. Y, afortunadamente, también será un Barça entregado al desparpajo de los más jóvenes.
Flick, de momento, habla poco. Nada dice de los problemas económicos del Barça para fichar en el mercado de verano. No pierde tiempo en quejas que no conducen a ningún sitio y prefiere dar carrete a Marc Casadó, Marc Bernal, Álex Valle y Pau Víctor, entre otros. Tiene claro que el éxito del Barça pasa por la Masía, sobre todo en tiempos de guerra. Ahora solo falta que sea más pragmático en la gestión de los egos y tenga más mano izquierda que Hennes Weisweiler y Udo Lattek, dos técnicos germanos de reconocido prestigio que fracasaron al chocar con las estrellas del Barça.