En un mercado atípico por cuestiones económicas (y por la urgencia de ilusionar a la afición) son varios los nombres que están sobre la mesa del despacho de Deco, pero dos destacan sobre los demás: Nico Williams y Dani Olmo. Aun así, en tiempos de hambruna, hay que darle rienda suelta al ingenio y sacarle el mejor rendimiento a lo que se tiene, por lo que haría bien el Barça en prestar atención a nombres como Pau Víctor.

Cierto, no es un nombre que ilusione, tal vez porque a los autóctonos siempre les cuesta más ganarse el respeto de la opinión pública frente a futbolistas destacados que llegan de otros países, sin la cultura del lugar ni el idioma, pero con mucho márketing a sus espaldas. Pero Pau Víctor es un artillero muy certero y un chaval muy querido allá por donde pasa.

Tuvo buena vista el Girona cuando lo incorporó procedente del Sabadell con apenas 17 años. Ya apuntaba maneras, pero necesitaba formarse. Lo hizo en el filial gerundense, pero pronto se le quedó pequeño, y salió cedido al equipo arlequinado. Fue una sola temporada, en Primera Federación, pero se le recuerda con mucho cariño en la Nova Creu Alta. Educado, comprometido y trabajador, sus siete goles y seis asistencias fueron cruciales para atar la permanencia de la temporada 2022-23.

Un año después, siguió su crecimiento en el Barça B, donde la temporada pasada fue máximo anotador (20 dianas) de la misma categoría con el equipo de Rafa Márquez. Y, claro, con esos números y esa edad, lo lógico es llamar la atención de los responsables de la parcela deportiva. Dicho y hecho, el club azulgrana lo ha fichado este verano del Girona, que mantenía su propiedad, a cambio de 2,5 millones de euros. Una ganga.

Por el momento, hace unos días ya marcó terreno ante todo un Manchester City. Aunque sea en pretemporada. Pero fue el mejor del partido. Tiene hambre. Y Hansi Flick está encantado con él. Cuesta imaginar que alguien de su talento no tenga sitio en la plantilla. Él se está ganando un dorsal a pulso, y bien haría el Barça en darle una oportunidad. Va a dar muchas noches de gloria.