Ante la duda de si finalmente Nico Williams se decantará por la opción del Barça, una posibilidad que en las últimas semanas ha ido perdiendo peso, todas las miradas se dirigen a Dani Olmo, mediocentro ofensivo de 26 años, muy polivalente y con buen manejo con el balón.

Su polivalencia es su mejor carta de presentación, pues puede ocupar todas las demarcaciones de la delantera, pero justamente eso puede ser el gran hándicap si finalmente termina incorporándose a la disciplina blaugrana.

El Barça busca un extremo izquierdo, posición natural de Nico Williams, futbolista muy joven, con desequilibrio y mucho descaro, cualidades muy diferentes a las de Olmo; jugador más maduro, con temple, madurez y visión de juego.

Dani Olmo no es por lo tanto un extremo puro, aunque pueda jugar en esa posición, con lo que volveríamos a la vieja costumbre culer de reconvertir jugadores a posiciones que no son las suyas, una apuesta a veces arriesgada y todavía más cuando vas al mercado, donde la máxima seguridad es contratar al mejor jugador para la posición que pretendes reforzar.

Es por ello que, si nos fijamos en Dani Olmo, al que el gran público ha descubierto en la Eurocopa, su posición natural es la de mediocentro ofensivo, por detrás del delantero, aunque pueda jugar por las bandas (pese a que la banda derecha ya está totalmente adjudicada a Lamine Yamal).

Ciertamente Hansi Flick suele jugar con un 4-2-3-1, con dos pivotes en el centro del campo, dos extremos y un mediocentro ofensivo por detrás del delantero, justamente la posición ideal de Dani Olmo pero, ¿quién juega en el Barça en esa posición?

A la espera de acontecimientos del mercado, actualmente esa posición sería la de Gündogan, Pedri o Fermín, pues ambos han demostrado que se desenvuelven terriblemente bien por detrás del delantero y es donde tienen más peligro. Pep Guardiola situaba al alemán en esa demarcación en el Manchester City y en la Eurocopa era la posición de Pedri que, justamente, cayó lesionado en la competición y fue sustituido por Dani Olmo.

Es por ello que, si miramos únicamente la posición, la llegada del futbolista de Terrassa sería una fantástica noticia para el Barça, pero su situación en el terreno de juego sería dudosa, por cuanto su posición ya está bastante cubierta actualmente con dos futbolistas que pretenden ser titulares.

Antes de afrontar una contratación de este calibre el Barça debe reflexionar muy bien para qué pretende el fichaje de Dani Olmo y en qué posición pretende situarlo Flick, ya que los 60 millones que por el momento pide el RB Leipzig obligan a una operación en la que el club no pueda tener dudas sobre ningún elemento, ya que pretende fichar, por cuantía, a un teórico titular, bien si su llegada comportará la salida de un futbolista con cartel (como Pedri o Gündogan), ya que lamentablemente el conjunto blaugrana no puede tener un álbum de cromos.

En aquellas épocas en las que no importaba el dinero o con recursos ilimitados, el Barça afrontaría la llegada de Olmo sin ningún tipo de debate, pues es el comodín perfecto para un entrenador, el jugador número 12 que te sirve en cada partido y en cada situación y que además puede ser titular la mayor parte de la temporada (lo que no se consiguió con João Félix), pero en la situación actual del club hay que reflexionar antes.

El primer punto que Deco y Flick deben tener muy claro es si Olmo jugaría de mediocentro ofensivo, relegando al banquillo Gündogan o Pedri, o si uno de éstos debe salir y ser la gran venta del verano, una pregunta vital antes de afrontar esta operación. Si la respuesta es no queda valorar las otras demarcaciones del futbolista como serían los extremos, donde habría que discutir si su rol sería el de suplente de Lamine Yamal y de Nico Williams (o Raphinha si no llega el vasco) o si les podría discutir el puesto.

La situación económica del Barça obliga a pensar muy bien cada paso y, especialmente, hay que alejarse del 'fichar por fichar' únicamente porque es lo que toca en esta época del año, o porque un jugador ha destacado en una competición de selecciones, un debate que tal vez no sería necesario si el traspaso fuera más reducido o el jugador terminara contrato, donde afrontarlo sería prácticamente una obligación.

Nadie pone en duda la calidad de Dani Olmo y que sería un bue fichaje, pero lo que resulta clave es determinar si realmente es el jugador que el Barça necesita para pagar 60 millones o un complemento perfecto, en cuyo caso posiblemente el club no pueda asumir un traspaso de tales características y deba priorizar otros jugadores que se adapten mejor a las posiciones que deben ser reforzadas.

Con el mes de julio acabado la secretaría técnica todavía tiene la carpeta de las salidas por empezar, la llegada de un mediocentro defensivo en el aire y el fichaje de Nico Williams que podía ser el revulsivo que necesitaba el club y la afición (siempre con la salida de Raphinha), movimientos que todavía no se han dado mientras parece que los esfuerzos se centran en Dani Olmo, que sería un gran fichaje, pero tal vez no lo que el Barça necesita en primer lugar.