Cuando falta una semana para la vuelta al trabajo del Barça femenino debemos recordar que sin duda, el mayor éxito de esta pasada temporada lo han conseguido ellas, campeonas de absolutamente todo. Copa, Supercopa, Liga y Champions League, una temporada histórica que será recordada y ha marcado un nuevo hito en el ideario culer, tras la mayor movilización para una final de fútbol femenino con 50.000 personas llenando las calles de Bilbao.

El Barça sigue llevando el fútbol femenino a otro nivel y la afición está respondiendo, pero el bajo nivel de la Liga F amenaza con truncar este crecimiento del Barça. La Premier League obliga a sus equipos a destinar una parte importante de su presupuesto al equipo femenino y ya estamos viendo las primeras consecuencias de todo ello con la salida de Mariona Caldentey o Júlia Bartel del Barça, o fichajes astronómicos como el de Mayra Ramírez.

El conjunto blaugrana y la Liga F debe tomarse esta amenaza muy en serio, el Chelsea ya está tentando a Aitana Bonmatí con cifras que hoy el Barça no tiene y un nivel de competición muy superior. Si no se toman decisiones importantes y urgentes, el foco del fútbol femenino se trasladará a Inglaterra, y las grandes jugadoras querrán vestir sus camisetas para disputar los grandes títulos, algo que el Barça no quiere pero que no puede hacer solo como está sucediendo hasta la fecha.

Que el Barça es uno de los clubes que más está apostando por el fútbol femenino es sabido por todos y el fichaje de Kika Nazareth demuestra que el equipo en el que todo el mundo quiere jugar sigue siendo el blaugrana, pero la Liga F debe dar pasos en el mismo sentido o sino todo este esfuerzo no tendrá su recompensa.

Aunque todo puedan parecer alegrías en el Barça femenino, las noticias de este final de temporada también nos dejaron un lado muy amargo: el club anunciaba que vendía la plaza del Barça CBS de basket en la Liga Endesa, o lo que es lo mismo, el descenso del equipo por temas económicos.

Pese a que pudo pasar desapercibido, no apostar por el basket femenino es una muy mala noticia para un club que siempre ha demostrado ser pionero en la defensa de multitud de causas, por lo que no apostar de forma clara por la profesionalización del deporte femenino es algo que el Barça no se puede permitir.

La situación económica es delicada, pero hay que ser ingeniosos, valientes y encontrar los caminos para garantizar la continuidad de un equipo que ya había jugado en el Palau Blaugrana y podía haber llegado mucho más lejos como se vio en la temporada 2022-2023 y que tiene un buen número de aficionados si se hacen bien las cosas, como ocurre con Uni Girona.

Seguramente no sea el momento de plantearlo porque no existe ni presupuesto para ello, pero algún día el Barça deberá acometer las obras del nuevo Palau Blaugrana y construir también un mini Palau para otros deportes. Qué gran oportunidad tendremos si estamos listos para afrontar la profesionalización del deporte femenino llenando los dos pabellones blaugranas de equipos femeninos y masculinos en basket, hockey patines, balonmano o fútbol sala, e incluso, plantear la aparición de alguna nueva sección, algo que no sucede desde hace ya demasiados años o la profesionalización de alguna existente.

En algún momento habrá que devolver cierta dignidad al equipo de hockey hielo, se puede profesionalizar el hockey hierba o el voleibol, recuperar algunas secciones como el rugby o beisbol, o incluso podemos apostar por el waterpolo o el fútbol playa por poner ejemplos, siempre que sean viables económicamente en un sentido lógico y exista suficientes jóvenes para disputar las competiciones.

Si el Barça es 'Més que un Club' es por haber liderado reivindicaciones que van mucho más allá del deporte, como liderar la igualdad entre hombres y mujeres en las diferentes modalidades deportivas del club.

Si duda uno de los objetivos del siguiente lustro debe ser tener equipo masculino y femenino como mínimo en todas las secciones profesionales, donde el basket debe ser absolutamente prioritario, así como el hockey patines, donde no puede ser que el Barça no esté en la mejor liga del mundo en un territorio donde este deporte está tan arraigado y equipos catalanes como el Palau o el Vila-Sana han llegado a los puestos más altos de las competiciones nacionales y europeas.

Los tiempos cambian, los intereses van variando, pero el Fútbol Club Barcelona debe permanecer inmutable a su esencia, dando cabida al deporte femenino y a otros deportes que únicamente harán que la historia de este club sea y siga siendo, la más grande del mundo.