El FC Barcelona está en crisis. El club tiene una deuda bruta superior a los 1.000 millones de euros y el equipo ha cerrado el curso sin un título y con muy malas sensaciones. El presente es complicado y el futuro ofrece más dudas que certezas. Incluso la reforma del Camp Nou está bajo sospecha.
En tiempos difíciles, el Barça necesita paciencia. Es el momento de ser fieles a un modelo e ingeniosos. Si el club no puede competir por las grandes estrellas del mercado, debe vender bien y ser muy selectivo con los fichajes. No hay mucho margen de error y bueno sería que Laporta no lanzara las campanas al vuelo.
El Barça, con Hansi Flick, evolucionará su idea. Seguirá siendo un equipo protagonista y ofensivo, pero también será más vertical y directo. Y, sobre todo, será un Barça más fuerte físicamente, pero no debe renunciar a sus ideas.
El curso comenzará con un Madrid con muchas estrellas, con Vinicius, Bellingham y Mbappé. El Barça tiene futbolistas más terrenales, pero cuenta con Lamine Yamal, el futbolista joven con mucha clase y descaro. Solo tiene 16 años y ya es el jugador más carismático del equipo.
Flick deberá gestionar una plantilla que se distanció de Xavi en el curso pasado. Su mejor decisión sería la de dar continuidad a Lamine, Pau Cubarsí y Héctor Fort, pero debe ser todavía más ambicioso. Marc Casadó y Marc Bernal pueden ser una buena solución para el centro del campo.
Laporta está en manos de Flick, un técnico que lo ganó todo con el Bayern en 2020, pero el Barça actual está a años luz de aquel equipo. Hoy, el Barça necesita reinventarse y comenzar un nuevo ciclo, con algún fichaje ilusionante como Nico Williams. Las comparaciones con el pasado no son buenas ni vale la pena lamentarse por el pasado más reciente.