El Barça vive días complicados. Hace un año el club celebraba la temporada de las seis ligas, un pleno histórico de todos los equipos profesionales. Un año después, la fotografía es radicalmente opuesta. Ya solo queda uno de los seis entrenadores campeones (el del balonmano) y los proyectos se han resquebrajado a la mitad del mandato de Joan Laporta.

La crisis deportiva del Barcelona se agudiza con la supremacía del Real Madrid, que ha ganado la Liga de fútbol con puño de hierro, ha conquistado su decimoquinta Champions, ha perdido tan solo dos partidos en toda la temporada y el equipo de baloncesto ha barrido a los culés en la semifinal. Para más inri, Florentino Pérez acaba de poner el broche de oro a un curso para el recuerdo blanco y el olvido azulgrana fichando a Mbappe, la pieza más codiciada de un mercado inaccesible para el Barcelona.

La apuesta por Flick abre una nueva etapa en can Barça. En la cúpula del club siempre han reconocido que Xavi era un buen paraguas para el presidente pero la confianza en el de Terrassa dejó de existir cuando el paraguas se agujereó. Los incipientes gritos en Montjuïc contra el máximo dirigente pusieron las orejas tiesas a la curia vaticana. Y la vergonzante derrota de Girona activó a los servicios de inteligencia del club para urdir el plan del despido de Xavi Hernández. Vistas las formas con que se llevó el caso, la inteligencia resultó ser algo similar a los agentes de la TIA.

Una vez cerrada la página Xavi y con Flick al mando del equipo, los problemas del Barça siguen siendo los mismos. El conjunto culé tiene bloqueados 40 millones de euros de capacidad de inscripción por los impagos de Barça Studios. A partir del 1 de julio pasará a tener una restricción de 100 millones de euros. Por ello el Barça no tiene capacidad de actuación en el mercado y Deco planifica pero sin las certezas necesarias para acometer los refuerzos que necesita el equipo.

Más allá de la palanca, el Barcelona sigue sin anunciar un nuevo acuerdo con la marca NIKE. El nuevo contrato de esponsorización es una cantidad imprescindible para corregir el desvío presupuestario que hay en el club por culpa de los precios de Montjuïc. El presidente deberá redirigir esta situación sin la ayuda de un vicepresidente económico ni de una directora general corporativa, que dimitieron a mitad de curso y no han sido sustituidos.

Mientras se cierran dos operaciones económicas de calado, el Barça debe trabajar en confeccionar una plantilla sin demasiado dinero y con fair play limitado. Los objetivos prioritarios son un medio centro y un jugador de ataque. Deco mandará en este aspecto y ya se han marcado dos líneas rojas: Lewandowski y Joao Felix.

Xavi pidió la salida del polaco para mejorar la presión y renovar los liderazgos del grupo. Con el espacio salarial que dejaba el actual nueve del Barça (43 millones contando salario y amortización) se podía incorporar un delantero que revitalizase el equipo. Tampoco quería renovar la cesión del extremo portugués, con una calidad tan innegable como su desidia. Las peticiones de Xavi no fueron atendidas por el presidente.

Lewandowski seguirá en el Barça a las órdenes de Flick y la intención del club es renovar la cesión de Joao Felix por lo que el Barcelona deberá competir con el Real Madrid de Vinicius, Bellingham y Mbappe con una plantilla similar a la actual. Cuando Xavi aseguró que sería complicado hacerlo, Laporta vio un ápice de debilidad en el técnico y empezó a cocinar su despido. Ya lo sabe Flick. Ee es el listón del nuevo técnico, competir de tú a tú con el Real Madrid.

El trabajo en can Barça es ingente. El mercado arrancará con la capacidad de inscripción bloqueada y Laporta debe encontrar 100 millones de euros que cubran los impagos de Líbero. Hay que cerrar el nuevo contrato con NIKE para equilibrar las pérdidas que se contemplan en el ejercicio económico ordinario. Si lo logra podrá operar con normalidad y será entonces cuando a Deco le tocará vender a futbolistas para incorporar a los objetivos prioritarios del club, sabiendo que Lewandowski y Joao Felix son intocables.

El panorama no es idílico. El Barça está obligado a competir con el Madrid por los títulos con las urgencias económicas que arrastra desde la época de Bartomeu. Negros nubarrones se ciernen sobre el Barcelona y a Laporta le toca capear el temporal solo y sin paraguas. Ha llegado la hora del presidente.

Laporta dijo en su podcast, en Barça One, que Xavi les convenció para seguir en el cargo. Lo que Laporta no dijo en la entrevista es que un mes antes de la decisión dijo en Mundo Deportivo “que quería convencer a Xavi para seguir”. También aseguró que la ratificación del técnico de Terrassa fue “forzada”, aunque después de ratificarlo dijo que “al mirarse a los ojos ya sabían cual era la decisión”. O Semanas antes también dijo que “se guiñaban el ojo” para que siguiera.

Laporta también añadió ayer que Xavi quería cambios “substanciales” en la plantilla y que Hansi Flick sí cree en los jugadores, a diferencia de Xavi. Lo que no dice Laporta es que en la cumbre del sushi, Xavi ya puso el nombre de Lewandowski sobre la mesa a lo que el presidente dijo que “hablarían con Pini”.

En el Podcast del Presidente, Laporta apuntó a la preparación física como una de las cosas a solucionar ya que “llegamos al final de los partidos que les cuesta”. Lo que no destaca el presidente es que la mayoría de goles (el 52%, concretamente) de esta temporada se han metido entre el minuto 60 y el 95. Y que el Barça corre más kilómetros por partido que su gran rival, el Real Madrid.

El presidente destacó que Flick creía en la plantilla. Le conminó a sacar todo el jugo de Lewandowski y recordó que ya quiso a Joao Felix cuando estaba en el Bayern de Munich jugando. Precisamente los dos nombres que Xavi pidió dar de baja para la próxima temporada. Laporta dejó entrever que Xavi no creía en la plantilla cuando quería hacer solo dos cambios para dar vuelo a los jóvenes de la Masia: dejar salir a un cedido y cambiar el liderazgo de Lewandowski. Las dos líneas rojas que marcó el presidente para cargarse a Xavi.

 

 

También aseguró el presidente que la salida de Xavi del Barça ha sido elegante y que tiene las puertas abiertas del club.